Política

Torra pondrá sobre la mesa los presos y la autodeterminación en su encuentro con Sánchez

El presidente de la Generalitat, Quim Torra. Foto: Efe.

El presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, ha utilizado el palo y la zanahoria en su preparación de la reunión con el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez. El líder independentista recibió la llegada del secretario general del PSOE a La Moncloa con una oferta de "diálogo sin condiciones", aunque desde el principio dejó claro que su intención era avanzar en la construcción de la república catalana. A medida que se acercaba la fecha del encuentro, Torra fue concretando su orden del día y reiteró que el tema central del 9 de julio debería ser la autodeterminación y los políticos soberanistas presos. En su defecto, el presidente catalán se mostró abierto a escuchar "la propuesta de los socialistas para Cataluña", es decir, la alternativa de Sánchez a la vía independentista.

En línea con este planteamiento, Torra ha descartado negociar los 45 puntos que el expresidente catalán Carles Puigdemont le planteó al anterior mandatario español Mariano Rajoy, y que incluyen temas como la financiación, la sanidad, la dependencia, o las cercanías. De hecho, el president dejó estos "incumplimientos" del Gobierno para negociarlos en las reactivadas comisiones bilaterales Generalitat-Estado. De esta manera, Torra quiere centrar la reunión en explicarle a Sánchez su versión de cómo se ha llegado a la situación actual, por qué se celebró un referéndum el 1-O y luego se declaró la independencia y qué efectos tuvieron el discurso del Rey del 3 de octubre y la aplicación del 155.

La estrategia de Torra pasa por transitar al límite de la legalidad, con un discurso radical, pero sin pisar líneas rojas, para mantener movilizado al independentismo, pero sin poner a Sánchez entre la espada y la pared. El jueves en el Parlament se vio otra muestra de esto, cuando JxCat y Esquerra enmendaron una moción de la CUP que pedía reiterar el apoyo a la resolución del 9-N, que dio el pistoletazo de salida a la ruptura con el Estado. El texto se aprobó, pero reiterando los "objetivos" políticos de la resolución -la independencia- y excluyendo los métodos -la desobediencia-. Fue sintomático que se instara a recuperar 14 de las 16 leyes sociales suspendidas por el TC durante la pasada legislatura, pero se obviaran dos normas fundamentales del procés: las que habilitaban el 1-O y la transición hacia la república. Con todo, el Consejo de Ministros de ayer decidió impugnar la resolución ante el TC.

Además de la autodeterminación, Torra llevará a la mesa de Sánchez la suerte de los políticos presos o huidos. Sobre este tema, el presidente catalán ha reclamado reiteradamente su liberación -a través de la retirada de los cargos por parte de la Fiscalía- y ha insistido en que "no serán moneda de cambio de nada". Igualmente, Torra ha rechazado que el acercamiento de los líderes independentistas a cárceles catalanas sea un "gesto" por parte del Estado o forme parte de cualquier negociación.

División estratégica

El vaivén de Torra entre la línea dura y los gestos de moderación frente a Sánchez tiene sus raíces en la división estratégica del soberanismo en esta nueva fase del procés. Las direcciones de ERC y el PDeCat intentan convencer a sus bases de volver a la casilla previa a la vía unilateral que condujo al 1-O y a la declaración unilateral de independencia, es decir, retornar al intento de pactar con el Estado una consulta legal, un camino que abandonó el anterior Govern liderado por Carles Puigdemont.

La dirección de los republicanos apostó por dejar de lado el unilateralismo y aumentar la base social de apoyo a la independencia en su ponencia estratégica, aunque la militancia del partido acabó forzando que no se renuncie a "ninguna vía democrática y pacífica". En este sentido, Esquerra ha sido el partido que más ha apostado por el posibilismo después de las elecciones del 21-D, presionando a Puigdemont para la constitución de un gobierno factible que no reincidiera en la ilegalidad.

En el Partido Demócrata, destacados dirigentes como la consejera de Presidencia, Elsa Artadi o el portavoz de la formación en el Congreso, Carles Campuzano, afirman que la prioridad es ampliar el número de partidarios de la independencia y descartan repetir otro 1-O. No obstante, los críticos con la dirección reclaman alinearse con la plataforma creada por Puigdemont (JxCat), que sigue a ultranza la consigna de su líder de "defender la república catalana".

El soberanismo reivindicará el 1-O en la 'Diada'

La ANC y Òmnium mantienen la presión en las calles y ya preparan la manifestación del próximo Onze de Septiembre. Las entidades soberanistas esperan llenar los seis kilómetros de la avenida Diagonal de Barcelona (entre el Palacio de Pedralbes y la plaza de las Glorias) con una nueva movilización masiva. El lema de este año será 'Hagamos la república catalana' y reivindicará el referéndum del 1-O y la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre.

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