
"Pablo Casado ha subido mucho, mucho en esta campaña, y ahora todo está en el aire", confiesa a elEconomista un destacado dirigente del Partido Popular, subrayando cualquier escenario, incluida la victoria del más joven de los aspirantes, al menos en esta primera etapa. Y es que, las vibraciones que la familia del PP tiene en la recta final de este inédito proceso, que renovará su dirección nacional y la presidencia, han experimentado un vuelco. A priori, se presagiaba una batalla entre dos candidatas: María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. Tanto que, una como otra ofrecieron a Casado que se uniera a sus listas, dando por hecho que la victoria era cosa de ellas dos.
Pero las circunstancias han ido cambiado y, más allá de las presiones de algún adversario, lo que preocupa a los que se mueven bien dentro del aparato, los que más capilaridad despliegan en los órganos del partido es que -según fuentes de la dirección nacional-, es constatable que se ha detectado entre un 30 y un 40% de "voto incontrolado", que se niega a declarar por quién se decantará mañana en las urnas. Se trata de un voto que se escapa de las direcciones de las agrupaciones, del alcalde o del presidente provincial de turno; es decir, del aparato.
Las denuncias por las intimidaciones a los militantes para asegurarse el voto de los inscritos han centrado parte de la carrera sucesoria en el seno del Partido Popular. Y el reducido número de afiliados inscritos (66.706 de los 860.000 oficiales) ha hecho saltar por los aires el interés renovador. Pero sobre todo, ha puesto de manifiesto las dificultades que existen a la hora de ejercer el voto al requerir, no solo estar al corriente del pago de las cuotas, sino tener que hacerlo en una jornada laboral, o no poder votar ni por vía electrónica, ni siquiera por correo.
Los actos de campaña de Cospedal y Casado han resultado los más concurridos
En la actualidad, el Partido Popular cuenta con 22.750 ediles repartidos por toda la geografía. Se estima que la mayoría de ellos estarán inscritos para la votación del jueves. Es al menos una tercera parte del número total de inscritos. La influencia de sus agrupaciones es clara. De ahí que la candidatura de Pablo Casado ponga el foco en esta circunstancia pidiendo a los afiliados que voten sin miedo y que den al Partido Popular la oportunidad de cambiar las cosas. Pero también se teme que la inmediata confección de listas municipales y autonómicas sea una coacción añadida.
Entre tanto, sin más valor que el de la intuición, los actos de Cospedal y Casado han resultado los más concurridos. El cierre de campaña de hoy dará más pistas.