
En el reciente debate de la moción de censura que ha llevado a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno español, el líder socialista afirmó que, si llegaba a La Moncloa, se reuniría e intentaría "tender puentes" con la Presidencia de la Generalitat de Cataluña y con el nuevo Govern.
En este sentido, abogó por dar "una oportunidad" a la cuarentena de peticiones que realizaron "hace años" Artur Mas y Carles Puigdemont a Mariano Rajoy.
El origen de estas demandas se remonta a julio de 2014, cuando Mas realizó la primera lista con 23 puntos, y Puigdemont la amplió a 46 en abril de 2016. Pese a los años transcurridos, la práctica totalidad de las peticiones si-guen estando vigentes, ya que el enfrentamiento político se quedó enredado en la primera exigencia de Puigdemont: la de celebrar un referéndum vinculante sobre la independencia de Cataluña, tras el triunfo de los partidos soberanistas en las elecciones autonómicas del 27 de septiembre de 2015.
'Línea roja'
Desde el nuevo Gobierno estatal quieren abrir el resto del debate, aunque tampoco están dispuestos a abordar el derecho de autodeterminación, como dejó claro este viernes la portavoz del Ejecutivo central, Isabel Celaá, tras el primer Consejo de Ministros del Gabinete de Sánchez. La también nueva portavoz del Ejecutivo catalán, Elsa Artadi, hizo hincapié este jueves en que solo uno de los temas prioritarios enumerados en el listado era el referéndum -sobre el que ayer defendió que no es ilegal-, mientras que el resto eran sectoriales, por lo que se pueden tratar tanto con Sánchez como con sus ministros.
Asimismo, consideró que, antes de la reunión entre Sánchez y Torra, se debería revisar el listado para incorporar puntos de desencuentro más recientes pendientes de solucionar.
De todas formas, hay algunas polémicas recientes que ya figuraban en el listado de puntos a negociar entre la administración catalana y la estatal en 2016, como la acción exterior de la Generalitat, la asistencia sanitaria universal básica, la gestión de refugiados, la deducción del IVA en la Corporación Catalana de Me-dios Audiovisuales (CCMA) o la judicialización de la política. Sobre este último punto, entonces se circunscribía a tramitaciones autonómicas y de administraciones locales catalanas que el Go-bierno central recurría por considerar inconstitucionales o sobre las que solicitaba abrir investigaciones judiciales, pero ahora se deberían sumar leyes catalanas posteriores suspendidas por el Tribunal Constitucional y la gestión política de la causa judicial del procés, que ha desembocado en el encarcelamiento preventivo y la huida de líderes soberanistas catalanes.
En el listado de hace dos años también figuraban la reforma del modelo de financiación "discriminatorio hacia Cataluña", mayor autonomía fiscal, respeto a las competencias marcadas por el Estatut y ejecución de traspasos pendientes, así como la identificación de una veintena más de materias susceptibles de pasar a ser responsabilidad de la Generalitat de Cataluña, según la normativa vigente. Además, figuraban reclamaciones recurrentes, como que la inversión del Estado en Cataluña sea equivalente a su aportación al PIB, el Corredor Mediterráneo, la gestión descentralizada de los puertos y aeropuertos, y la mejora de la red ferroviaria de Cercanías.
Sin favoritismos
En cualquier caso, Sánchez se curó en salud ya en el debate de la moción de censura ante posibles críticas a un trato de favor a Cataluña. Sobre la cuarentena de temas prioritarios para la Generalitat catalana, apuntó: "Cuando uno los lee, es consciente de que muchos puntos pueden ser perfectamente compartidos por otros gobiernos autonómicos".
Celaá recalcó ayer, tras la reunión del Consejo de Ministros, que Sánchez quiere reunirse con todos los presidentes autonómicos, no solo con Torra.