
Este lunes se disiparán algunas dudas sobre las intenciones que el expresidente del Gobierno y todavía presidente del Partido Popular tiene acerca de su futuro y el de su partido: todo apunta a que Mariano Rajoy va a transmitir al PP quiere seguir al frente y liderar la oposición sin plazo concreto.
"Es la persona en la que más confianza han depositado los españoles, en diversas elecciones, ha ganado las elecciones en el año 2011, 2015 y 2016", ha dicho Rafael Hernando en una entrevista en Telecinco al anunciar que Rajoy se quedará en el partido "el tiempo que decida".
El martes, el Comité Ejecutivo Nacional conocerá de primera mano la hoja de ruta en un momento crucial para la organización política, desplazada de manera fulminante y traumática del Gobierno, y con unas elecciones generales que a priori deberían llegar pronto, aunque solo con la certeza, al menos sí, de que existe una cita con las urnas el próximo 26 de mayo para renovar ayuntamientos, algunas comunidades y la representación en el Parlamento Europeo.
Mientras, miembros del PP quieren que Rajoy "tutele" su sucesión dentro del partido para evitar una "guerra civil". Eso sí, admiten que hay que empezar cuanto antes a buscarse su hueco en el Congreso para que Ciudadanos no le arrebate el liderazgo. Diferentes cargos pronostican que Rajoy intentará aguantar todo lo que pueda como presidente del PP y tomará la puerta de salida cuando el partido esté encarrilado. Ese escenario pasa, explican, por evacuar consultas previas con los 'barones' del PP para promover una sucesión "ordenada" y sin precipitación.
Y entre los barones, Alberto Núñez Feijóo aparece en las quinielas de muchos miembros del PP como el "relevo natural" de Rajoy. Sin embargo, en las últimas horas ha reiterado que su mandato al frente de la Xunta de Galicia finaliza en 2020 y que su compromiso es cumplir con sus obligaciones como presidente autonómico.
Estos 'no plazos' con los que querrá jugar Rajoy atrasan la celebración de un Congreso para buscar la renovación interna. El pretexto primero para no echarse a un lado es no poner el foco en la crisis del partido para centrarlo todo en el difícil Gobierno socialista y en imposibilitar que Rivera no se erija como líder de la oposición.
De otra parte, la portavocía en el Parlamento, que podría recaer en Soraya Sáenz de Santamaría, es un puesto clave en esta nueva etapa de oposición que abrirá el PP para asegurarse protagonismo en un momento en el que Cs avanza en las encuestas . El PP se prepara para una "dura" oposición a Sánchez, que estará como mínimo un año en el Palacio de Moncloa.