
"Estoy seguro de que si a una mujer, cinco personas le roban un móvil, nadie va a dudar que ha habido intimidación. Creo, por ello mismo, que cualquier delito sexual no puede estar exento de esa consideración. Eso no es un tema de leyes, es un tema de cultura, de implantación de las maneras de entender las cosas y, por tanto, en eso hay que trabajar". El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha insistido este martes en su desacuerdo con la sentencia contra 'La Manada' por abuso sexual en sanfermines 2016. A las dudas que planteó sobre el magistrado que pidió la absolución del grupo de cinco amigos, el ministro extiende ahora la crítica y aboga no solo por cambiar la ley sino también la cultura. ¿Qué se hace desde el ministerio en este sentido?
En base a datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la violencia de género solo es formación obligatoria para jueces y magistrados de órganos especializados en esa materia (Juzgados de la Violencia sobre la Mujer, los Juzgados de lo Penal y Secciones de las Audiencias Provinciales). Obligan a ello la Ley Orgánica 1/2009 y la Ley Orgánica 3/2007 para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres.
Se imparte mediante un curso de 50 horas lectivas repartidas en 16 horas de teoría online (cuestionarios, foros de debate y casos prácticos obligatorios) y 10 días de prácticas en órganos judiciales, salvo en los Juzgados de Violencia de Género, que son ocho días más dos de visita a recursos asistenciales y casas de acogida.
El resto de la Carrera judicial cuenta con actividades formativas ofertadas en el Plan Estatal de Formación Continua (ámbito nacional) y en Formación Descentralizada (Tribunales Superiores de Justicia o CCAA) pero sin obligación. El Servicio de Formación Continua ofrece en su campus virtual un curso de para todos los jueces y magistrados, independientemente de su destino, de Iniciación a la Formación en Violencia de Género. Según los datos del Poder Judicial, en 2017 fueron 150 los jueces o magistrados que recibieron directamente esta formación a través de cinco actividades, las mismas programadas para este año.
En el caso de los alumnos de la Escuela Judicial, la formación inicial en violencia de género era hasta ahora una conferencia que en las próximas promociones será un seminario de varios días para el enjuiciamiento con perspectiva de género para superar los "perjuicios o estereotipos de género" a los que se refería Catalá en el Congreso.
¿Hay formación tras la sentencia a 'La Manada'?
"Hay que seguir trabajando en la empatía, en la sensibilidad, en que el lenguaje nunca humille a la víctima y pensando que la víctima es siempre el primer objetivo al que tenemos que tutelar", insistía Catalá en referencia a la sentencia de nueve años por abuso sexual. Precisamente el tribunal que ha condenado a 'La Manada' tiene que contar con esta formación básica obligatoria (Sección Segunda de la Audiencia de Navarra).
Al menos Raquel Fernandino, una de los tres magistrados que firman la sentencia y que se incorporó a la Sección en 2015, cuenta con ella tal y como se imparte hoy en día. José Francisco Cobo y Ricardo Javier González llevan en ese puesto desde 1999 y 2001 respectivamente, antes de que la ley obligara, por lo que su especialización puede ser distinta, a falta de respuesta desde el CGPJ sobre si hubo algún matiz a posteriori.
Delitos sexuales, de refilón
Dentro de los cursos de Formación Continua (la no obligatoria y a la que pueden acceder todos los jueces y magistrados) hay uno que bajo el nombre de 'Protección de la víctima de la violencia de género' amplía el foco desde la violencia doméstica a "otros hechos delictivos que también atentan contra las mujeres por el mero hecho de serlo". Entre la trata, los matrimonios forzados o la mutilación genital se hace hueco al acoso sexual.
En este sentido, la interpretación jurídica está en juicio. A raíz de la sentencia contra 'La Manada' por abuso y no por agresión sexual, la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE) urge a revisar cómo llega un juez a interpretar la ley para dictar una sentencia sobre delitos sexuales. "Se impone la integración de la perspectiva de género como antídoto y prevención frente a formas de actuar e ideas preconcebidas que ponen el foco y enjuician con mayor intensidad el comportamiento y actitudes de la víctima que la de los propios autores", piden en un comunicado en el que insisten en la formación de género para magistrados, jueces, fiscales, abogados y policías de este área, estos últimos a través de Centro de Estudios Jurídicos.
Hace pocas horas, la Generalitat valenciana y la Universitat de València (UV) informaron de que ultiman un convenio "pionero" para formación de jueces en violencia de género e igualdad, un primer paso efectista tras el polémico fallo del que se espera que provoque un efecto dominó.
La importancia de la psicología
El Pacto de Estado contra la Violencia de Género (.pdf) aprobado en noviembre de 2017 pide una mejora en la formación en violencia contra las mujeres. Pero los Presupuestos no han contemplado los 200 millones de euros anuales prometidos y de las cuentas de 2018 solo se destinarán 80 millones a este Pacto. "Faltan 120 millones que pueden salvar muchas vidas", dicen las asociaciones feministas que continuarán la ola de protestas el próximo 16 de mayo.
La falta de especialización que se reconoce en estos cursos ha llevado al Parlamento Europeo a mejorar la formación de jueces y magistrados encargados de casos de violaciones. Además de asociaciones de defensa de los derechos de las mujeres, psicólogos y psiquiatras se han sumado a evidenciar la necesidad de que la formación sea completa para que la interpretación de los hechos se ajuste más a las diferentes realidades.
En Francia, por ejemplo, la Escuela Nacional de Magistratura ofrece un curso que destaca por la dureza de los casos reales en los que se basa y que recalca los aspectos psicológicos que pueden concurrir en una situación como una violación y que pueden llevar a la víctima al bloqueo.