
El cesado presidente catalán, Carles Puigdemont, quiere regresar a España, pero aún sigue estudiando cómo. El candidato de Junts per Catalunya (JxCat) al 21D sabe que si pone un pie en Cataluña se arriesga a ser detenido y acabar en prisión preventiva dado el riesgo de fuga que concita tras su huida a Bélgica.
Según informa el diario ABC, Puigdemont tenía en mente volver a Barcelona durante la última semana de campaña y forzar su detención para así provocar un giro emocional en muchos votantes independentistas y comerle terreno a Oriol Junqueras y a ERC.
Sin embargo, sus colaboradores más cercanos le convencieron de que esa posibilidad supondría un sacrificio enorme -larga estancia en prisión- en comparación con los réditos electorales que podría darle y la brevedad, al fin y al cabo, de un mero acto de campaña que comportaría, por contra, un gran riesgo.
Es por eso que el expresidente catalán se ha puesto en manos de su prestigioso abogado belga, cuyos honorarios ya le habrían costado más de 500.000 euros al también ex alcalde de Girona. Tras ello y desde hace días, el letrado y el círculo de colaboradores más estrecho de Puigdemont trabajan en lo que llaman "cordón democrático".
Se trata de una vía consistente en solicitar a la justicia belga que la policía del país escolte a Puigdemont a Cataluña el próximo 21 de diciembre para poder ejercer su derecho a voto sin riesgo de ser detenido previamente. Aunque el próximo 4 de diciembre un magistrado belga decide, en principio, su extradición a España, su equipo legal tiene preparados todo tipo de recursos para prolongar su actual situación hasta un año más, siempre según ABC.
La misma información señala que en el PDeCAT desconocen este 'plan secreto' de Puigdemont de la misma forma que se sorprendieron cuando recientemente el expresidente catalán empezó a cuestionar a la UE en público y llegó a sugerir un referéndum para decidir si continuar en ella. La desconfianza en este sentido es mutua entre el partido y su candidato, igual que lo es de Puigdemont hacia ERC, a quienes achaca haber jugado a desgastarle para obtener rédito electoral.
De la misma manera, las mismas fuentes señalan que Puigdemont se encuentra cada vez más aislado en Bruselas y teme que se le acaben los recursos económicos y las estrategemas judiciales, teniendo que afrontar lo difícil que le será regresar a casa con su familia y la más que segura prisión, tanto preventiva como de condena.