El Partido Popular no oculta ya su preocupación por la "indefinición" que el PSC está verbalizando en los últimos días en cuanto a posibles pactos políticos de cara a las elecciones autonómicas de Cataluña. Preocupación y también prevención, manifiestan fuentes populares desde Génova, recordando que, de un tiempo a esta parte, quien está poniendo la lupa de las diferencias son los socialistas, olvidando que, hasta ayer, "los tres partidos constitucionalistas, PP, PSOE y C's, han remado juntos con 155".
"No es lo mismo -dijo ayer Pablo Casado, vicesecretario del PP y responsable de la Comunicación- pactar con Ciudadanos y el PP que, con ERC y Podemos. Sobre todo -incidió-, porque ya tenemos experiencia de qué produjeron esas tres fuerzas políticas en los dos tripartitos que encabezaron el señor Maragall y el señor Montilla. En gran medida -remató- condujeron al lugar en el que estamos".
En todo caso, desde la sede nacional del PP se quiere pensar en que Iceta está en la estrategia de querer buscar votos, y de ahí que se deslice que el secretario del PSC esté tanteando un posible pacto con Esquerra. No obstante -señalan-, "ojalá sea la típica cosa de Iceta, que para esto es muy pensador, que diga, voy a captar el voto del nacionalista moderado, pero luego no voy a trazar esa posibilidad". Ahora bien -advierten-, "si está pensando en gobernar con ERC, y encabezar también el Govern, eso ya lo tuvimos. Y al final quien mandaba era Carod Rovira", determina el PP.
Y de la "coherencia" que exigen al PSOE, al "oportunismo" con el que ayer se tildó a C's al reprocharles que el próximo jueves no voten a favor del Cupo y el Concierto Vasco, cuando este concierto, como el navarro, queda recogidos en la Constitución.
Los últimos sondeos también acapararon la atención de la dirección popular. Inquieto, el PP confía en obtener mejor resultado que el que otorgan los sondeos, "encuestas que nunca se han dado bien ni en Cataluña ni País Vasco". Esperan que esos análisis no respondan a la realidad de los votantes, y también que estos valoren el coraje del Gobierno de convocar elecciones y de aplicar el 155. De otro modo, el resultado podría ser el peor de su historia.