
La Generalitat sigue mirando a Europa para inspirar sus pasos. Si en el caso de la proclamación suspendida de independencia bebía de la experiencia de Eslovenia -obviando que en dicho país se produjo una guerra-, ahora se ha inspirado en una iniciativa lanzada por Estonia en 2014: un certificado de e-residencia para atraer a empresas de todo el mundo a operar en Cataluña sin necesidad de que implanten una estructura física local. Podrán gestionarlo todo a través de Internet -por la infraestructura tecnológica de la Generalitat- a cambio del pago de una cuota mensual.
En un momento en que las empresas locales están haciendo las maletas buscando seguridad jurídica en otros lugares de España, el objetivo es atraer talento e inversiones internacionales, ya que esta figura es "especialmente interesante para emprendedores y para empresas que deseen ampliar su mercado sin necesidad de afrontar los costes de una infraestructura física", explican desde la Consellería de Economia. Con todo, el momento político actual hace que no haya fecha de puesta en marcha de esta iniciativa en Cataluña, y tampoco está definido el tratamiento fiscal para quienes soliciten la e-residencia, reconocieron a elEconomista estas mismas fuentes.
Enmarcan la idea en contactos durante el pasado Mobile World Congress en Barcelona, ya que el sector tecnológico puede ser uno de los más beneficiados por la iniciativa. Pero el anuncio del proyecto cuando todavía no está definido parece responder más a una voluntad de dar una imagen de acción de gobierno, al margen del proceso de independencia, que de una opción real a corto plazo. En un comunicado, la Generalitat indicó que pretende desarrollarlo "en los próximos meses", y también su intención de diseñar un entorno digital que "permita la cooperación entre los emprendedores foráneos y locales y favorezca el desarrollo de iniciativas conjuntas".
Mientras tanto, sigue el exilio de sedes de empresas por la incertidumbre de la situación política. Y son más de 1.500 entre el 1 de octubre y el martes, día 24, según los datos del Colegio de Registradores.
En Estonia, donde actualmente hay más de 4.200 empresas e-residentes de 143 países, pagan una cuota periódica de 100 euros y no abonan impuestos mientras no generen dividendos. El Gobierno estonio aclara en su web que no se trata de una residencia fiscal, pero tampoco en una manera de evitar el pago de impuestos. La base son las normas fiscales internacionales, mientras no haya sede local.
1.501 sedes de empresas
Son las que han abandonado Cataluña desde el 1 de octubre por la situación política. El martes lo hicieron 107, repuntando frente a las 92 del lunes, según los datos del Colegio de Registradores. Esta semana de incertidumbre, mientras el Senado debe aprobar la aplicación del artículo 155 de la Constitución, no ha contribuido a frenar el éxodo empresarial.