
Pasados los siete primeros días de la parodia del referéndum ilegal de Cataluña, el Gobierno de España aborda a partir de este domingo otra semana incierta y sin propuestas adelantadas por su parte (de momento no ve argumentos jurídicos para el 155), con una agenda marcada por el pleno del martes en el que se espera que Carles Puigdemont declare la independencia unilateral.
Precisamente la DUI es la razón que suscita la gran fractura ente excovergentes y ERC, y también en el seno del propio PDeCAT. Ayer, Artur Mas afirmó a Financial Times que Cataluña no está preparada para una independencia real.
Ante esta falta de armonía, el Gobierno insiste en su oferta de diálogo siempre dentro del marco de la legalidad. Entre tanto, sin movimientos de fichas aparentes, Interior ha dado órdenes a sus operativos en Cataluña para que permanezcan en este territorio al menos hasta el 18 de octubre.
De momento, las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad Nacional continúan replegadas, sin actuar. Se encuentran desconcertadas por la misma falta de planificación que la vivida la primera jornada de octubre, y a la espera de que las denuncias interpuestas contra la cúpula de los Mossos, o contra Colau por afirmar que una mujer había sido agredida sexualmente, prosperen.
En ese interim se encuentra el Mayor de los Mossos, que tendrá que volver posiblemente esta semana a declarar ante la Audiencia. Y del futuro incierto de Josep Lluis Trapero, y mientras sigue la fuga de empresas de Cataluña -sobre todo de sus sedee sociales-, la próxima semana también será la de varios actos suspendidos por la crisis catalana, como la cumbre de la UE en Chipre, y la de las Cámaras Europeas en Barcelona.