Un antes y un después. Las imágenes de las fuerzas de seguridad del estado desalojando colegios durante el día de ayer puede convertirse en un dardo enveneado para el Gobierno de Mariano Rajoy, que se puede ver obligado a moderar su mensaje o incluso sus acciones si quiere mantener a su lado el apoyo de los principales partidos constitucionalistas, durante las próximas semanas, que pueden ser muy complicadas.
Previsiblemente, el Parlament declarará la independencia esta semana y es probable que esto provoque la suspensión de la autonomía de Cataluña. Tras las duras imágenes de cargas policiales de ayer, Rajoy debería evitar otra vez este tipo de intervenciones. Desde ciertos frentes se defiende que el rupturismo está buscando forzar la imagen de la detención de Carles Puigdemont o de Carme Forcadell, presidenta del parlamento catalán. Teniendo en cuenta que el independentismo ha llamado a la movilización permanente -y tras la toma de colegios de este fin de semana y las imágenes de resistencia que se han visto es evidente su capacidad de convocatoria- otra jornada de incidentes puede ser muy negativa para la estabilidad del gobierno de Rajoy, que no cuenta con mayoría absoluta.
Por el momento, tanto Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, como Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, insistieron ayer en mantener su apoyo al Estado y la Constitución, pero ambos recriminaron que, aunque el mayor culpable de esta tensión es el gobierno de Carles Puigdemont, la negación del gobierno de Rajoy a negociar complica el entendimiento.
Además, Sánchez recordó que él no apoyó la investidura de Mariano Rajoy, sino que tuvo que dimitir por no estar de acuerdo con la decisión del partido de abstenerse. Este dato que fue un recordatorio a Pablo Iglesias, también puede ser un gancho para otros oídos, ya que el PSC es la segunda fuerza con mayor intención de voto en Cataluña y la jornada de ayer pone a la comunidad en un ambiente preelectoral.
Porque, si el miércoles el Parlamento catalán declara la independencia, en teoría, según la Ley de Transitoriedad se abriría un escenario que acabaría en unas elecciones "constituyentes". Si no, existe la posibilidad -aunque remota- de que se convoquen elecciones autonómicas.
La oportunidad de ERC
La decisión del PDeCAT y ERC de no volver a presentarse en coalición -ya se divorciaron en las elecciones generales al parlamento español- y los acontecimientos políticos han dejado seriamente tocado al PDeCat, que sin Puigdemont no cuenta con un candidato claro.
Este debilitamiento, por el contrario, lo está aprovechando bien Esquerra Republicana de Catalunya. De acuerdo con la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat de Catalunya (CEO), sería el partido que obtendría una mayor proporción de votos en unas futuras elecciones. Los datos, que se corresponden con el cierre del primer semestre, les dan la victoria con un 18 por ciento de los votos totales. El segundo partido con más votos sería el PSC, con un 10 por ciento. Aunque ahora mismo la situación política hace que ERC y Podemos están más cerca, un cambio de actitud del PSOE en su apoyo a Rajoy puede variar el escenario. Y Pablo Iglesias no decae en su plan de derrocar a Rajoy, y, para ello, se acerca a ERC y a Colau.
En la Diada del 11 de septiembre, Iglesias, líder de Podemos, participó en un acto conjunto con Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y aprovechó el momento para lanzar el guante a ERC de que se sumara a su objetivo de plantear una moción de censura a Rajoy. Posteriormente, los acercamientos han ido a más. Aprovechado la operación policial contra el 1-0 para ponerse al lado del independentismo, repitiendo el mensaje de que se están violando "derechos fundamentales" y que el estado español es "represor". ERC, en paralelo, cambió el eslógan de su campaña a favor del referéndum a "República o Rajoy"; haciendo suya la demanda del propio Pablo Iglesias, y han hecho campaña juntos por el 1-0.
