
Este domingo 1 de octubre Cataluña será la protagonista, ocurra lo que ocurra. El 1-O es la fecha elegida por la Generalitat para la celebración de un referéndum independentista que ya ha sido suspendido por la Justicia. Pero pese a las medidas tomadas desde las diversas instancias judiciales del Estado, el Govern sigue asegurando que ese día los catalanes que lo deseen podrán votar.
Durante estas semanas previas a la cita, los diversos cuerpos y fuerzas de seguridad -acatando órdenes judiciales- se han incautado de numeroso material electoral creado para la ocasión, han custodiado urnas y los posibles colegios electorales están siendo vigilados y precintados. Además, los altos cargos del Govern, alcaldes y cualquier responsable político que haya mostrado su apoyo a la organización a la consulta secesionista ha sido detenido o citado por la justicia.
Sin embargo, los secesionistas mantienen su pulso y aseguran que habrá urnas en Cataluña el próximo domingo. Defienden que se trata simplemente de ejercitar su derecho a decidir algo que, según su versión, no contraviene ninguna de las leyes vigentes.
Mientras, la sociedad catalana se polariza entre los que apoyan la consulta y los que no. Desde hace días las calles de Barcelona y de otras ciudades catalanes viven protestas, paros y manifestaciones a favor del 1-O y para este fin de semana estaban programadas varias manifestaciones en su contra. Sin embargo, y según algunos de sus organizadores, estas marchas se habrían suspendido a petición del propio Ministerio del Interior, que quiere evitar tensiones innecesarias en una zona donde la tensión social ya es latente.