
El ex presidente del Govern, Jaume Matas, ha reconocido este martes que contratar al arquitecto Santiago Calatrava para construir un palacio de la ópera en Palma fue decisión suya y que no se barajó la posibilidad de otro arquitecto, pero ha asegurado que no intervino en la tramitación administrativa.
Así lo ha expresado durante su declaración en el juicio por la pieza separada número 3 de la macrocausa del Palma Arena, conocida como 'caso Ópera'. "Soy el responsable de la decisión, de la tramitación administrativa no sé absolutamente nada", ha declarado.
Matas ha rechazado que quisiera beneficiar económicamente al arquitecto, con el que se reunió en marzo de 2006 en Roma y en febrero de 2007 en Palma. Ha admitido que le propuso "directamente" el proyecto, en lugar de proponerle participar en un concurso.
Con todo, el acusado ha negado que él o su gabinete negociaran previamente un precio antes de que se aprobara en el Consell de Govern, ya que era "imposible" fijar el precio máximo sin el conseller de Hacienda porque se tenía que estudiar la disponibilidad presupuestaria, dado que era un proyecto "extraordinario".
El ex presidente también ha recalcado que para realizar este "anteproyecto" -así se ha referido en casi todo momento al edificio de la ópera- necesitaban ponerse de acuerdo con otras dos administraciones, la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Palma. Para el político, "sin su voluntad" era "imposible" llevar adelante la obra.
Según Matas, el proyecto estaba contemplado en su programa de gobierno pero de un modo "genérico". Su objetivo, ha concretado, era realizar dos grandes proyectos de edificios "emblemáticos" para actividades deportivas y culturales para promover la desestacionalización turística. En esta línea, ha defendido que éste era un anteproyecto de "muchísimo interés público" para "reordenar" la bahía de Palma. También ha reconocido que dijo a sus consellers que tenían "prisa" para tramitar la obra porque era un "compromiso electoral y un proyecto importante".