
Agentes de la Policía Nacional solicitaron ya en el año 2005 intervenir el teléfono de Abdelbaki es Satty, el imán de Ripoll considerado el cerebro de la célula que atentó en Barcelona y Cambrils, por sospechas de presunta vinculación con Al Qaeda. EN DIRECTO | Siga la última hora de los atentados terroristas
Según informa hoy el diario ABC, agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional solicitaron hace ya 12 años al juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska autorización para pinchar el teléfono de Es Satty y confirmar así su conexión con la filial de Al Qaeda Ansar Al Islam y con el Grupo Islámico Combatiente Marroquí, al que pertenecían los autores del 11M.
En un auto con fecha del 19 de octubre de 2005 y recogido por el citado diario, el magistrado autoriza esta intervención del teléfono con el siguiente razonamiento jurídico: "La proporcionalidad, necesidad e idoneidad en la observación del teléfono [...] utilizado por Abdelbaki es Satty se infiere de la gravedad de los hechos objeto de imputación, así como las sospechas fundadas sobre su vinculación al Grupo Terrorista Ansar Al Islam".
Grande-Marlaska añadía que el que años después sería imán de Ripoll "puede actuar como intermediario a la hora de dar apoyo logístico para las redes terroristas, al mantener contactos con ciudadanos árabes que se dedican a la falsificación de documentación en el ámbito de la delincuencia común, con el objetivo de dar cobertura a la salida de elementos terroristas por territorio español y europeo".
Esta investigación partió de las pesquisas en torno a los atentados terroristas de Casablanca (Marruecos) en 2003. En 2005 el juez Baltasar Garzón inició la causa, denominada 'Operación Camaleón', pero al cursarse su excedencia poco después, fue Grande-Marlaska quien se hizo cargo.
Finalmente, los jueces no pudieron procesar a Es Satty, condenando después la Audiencia Nacional a cinco de los nueve sospechosos juzgados de un total de 22 imputados que Garzón -que ya había retomado la causa- recogía en un auto de 2007. Posteriormente, las defensas de los condenados recurrieron y el Tribunal Supremo anuló toda la causa en 2011 aduciendo que hubo otros pinchazos telefónicos que no contaron con autorización judicial y que algunas confesiones de los acusados se consiguieron "bajo presión".
Sería años después de estas sospechas, en 2010, cuando Es Satty fue detenido en el puerto de Ceuta cuando iba a embarcar hacia Algeciras (Cádiz) con más de 136 kilos de hachís. El imán fue internado en la cárcel preventiva de Los Rosales de Ceuta hasta que fue condenado en febrero del 2012 por el Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta a cuatro años de prisión por un delito contra la salud pública. Posteriormente, fue trasladado a la prisión de Castellón y quedó en libertad en 2014.
Su rastro continúa en enero de 2016, cuando viaja a Bélgica e intenta ser imán de la mezquita de la localidad de Viloorde, levantando las sospechas de las autoridades locales y de la comunidad muslumana del lugar. Es entonces cuando regresa a España y se convierte en imán de Ripoll a la vez que construye la célula terrorista que cometió los atentados del pasado 17 de agosto.