Política

PP y Cs, una boda por poderes con menos ruido y más nueces

  • Primer aniversario del comienzo de las conversaciones entre Rajoy y Rivera
  • Los de Rivera quieren que Rajoy limite el mandato presidencial
Mariano Rajoy y Albert Rivera. Imagen: Reuters

Coincidiendo con el primer aniversario del comienzo de las conversaciones entre Mariano Rajoy y Albert Rivera, el secretario general del Grupo Parlamentario de la formación naranja en el Congreso de los Diputados, Miguel Gutiérrez, recordó ayer al presidente del Gobierno su palabra dada en aquel acuerdo de 150 puntos donde quedó consensuada la limitación de mandatos.

Este otoño, Ciudadanos quiere reabrir el debate. Sucede justo cuando Rajoy acaba de abordar la circunstancia y empieza a reconocer a la prensa que se encuentra con fuerzas para seguir trabajando. En honor a la verdad, el presidente no ha sido muy explícito acerca del asunto. Apenas ha respondido a las cuestiones formuladas. En el balance del curso político admitió que ni siquiera se ha planteado el tema en estos términos. En Marivent habló de fuerzas, pero en ningún caso llegó a anunciar su candidatura.

Sin embargo, para Gutiérrez, el hecho de que el presidente se "desdiga ahora" en algo que tiene que ver con la limpieza democrática deja en mal lugar el respeto a ese compromiso entre dos fuerzas políticas que, cuestiones del destino son competidoras directas de un mismo espacio electoral.

Hasta la fecha, la relación entre PP y Ciudadanos ha sido desigual. Altos y bajos, desencuentros, desconfianza, recelos de otros partidos. Al mismo tiempo, buena sintonía con algunos ministerios, nula química con otros. También reprobaciones al peso, mociones contra un presidente autonómico y, para coronar la relación -no sin ciertas dosis de teatro-, una comisión de investigación sobre la financiación irregular del PP, que obligará a Rajoy a comparecer.

Lo cierto es que para ser medio afines ideológicos y medio socios de investidura, el partido de Rivera nunca ha desaprovechado la oportunidad de representar lejanías con el Partido Popular y manifestar animadversiones, como si dar una cal y otra de arena fuera la mejor táctica política.

Más allá de la estrategia, la conveniencia de este matrimonio por poderes no ha sido tan perjudicial para las partes. En materia económica, el pacto ha propiciado una furra rebaja del IRPF para las rentas más bajas y las familias con dependientes a su cargo, ha desengrasado las ayudas a los autónomos y ha hecho realidad el complemento salarial para menores de 30 años. El permiso de paternidad será de un mes. Desde el punto de vista social y del entendimiento, el acuerdo ha puesto en marcha la elaboración de un plan de Pobreza Infantil y ha impulsado un plan nacional de la Educación. Además, se han dado pasos para el cambio del modelo de RTVE y la Estrategia Nacional de Justicia.

Otros planes pendientes

Es verdad que quedan otros planes pendientes. Pero en un año, se habla de un 22 por ciento de los compromisos firmados. A la vuelta al curso político, Ciudadanos quiere una reforma del mercado de trabajo que incida en la dualidad entre trabajadores temporales y fijos. También pretende que camine la ley de lucha contra la corrupción, y entre eliminaciones de aforamientos y limitación de mandatos -lo que está por ver, y no solo por parte del PP, sino por parte del resto de fuerzas políticas-, presionará por la mesa de la reforma de la Constitución y la reducción del Senado.

Lejos del ruido, el PP se contenta con vender el cierre de los Presupuestos de 2017, los techos de gasto del 17 y del 18, y espera alcanzar igual acuerdo con las cuentas del próximo ejercicio. Sin entrar en el medallismo político el Gobierno destaca entre sus logros el bono social, la directiva de la estiba, el pacto de Estado contra la violencia de género o un plan extraordinario de carreteras.

Hasta ahora, la conveniencia del pacto se mide en números. En el ejercicio de sus funciones, el PP se deja 4 puntos con respecto al 26J, el PSOE recupera 2, Podemos pierde 8 décimas y Cs gana un punto. Así pues, con estos resultados, teniendo en cuenta el chorreo de casos de corrupción -con el aderezo de alguna que otra detención e ingreso en cárcel-, el desgaste per se de quien ejerce el poder y el efecto novedad de Sánchez, ni PP ni Cs pueden calificar su alianza en negativo. El arco parlamentario ve legislatura.

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