
"Desastre total", "descontrol" y "chapuza". Así describen los auditores y economistas consultados por este diario las cuentas presentadas por la Federación Española de Fútbol (RFEF) en los últimos años. En concreto, comentan el resultado de la auditoría realizada por BDO en 2015, que llevó al Consejo Superior de Deportes (CSD), presidido entonces por Miguel Cardenal, a denunciar ante la Fiscalía al organismo presidido durante casi 30 años por Ángel María Villar por "operaciones irregulares y contradicciones contables". Fue el germen de la operación Soule, que el martes se saldó con la detención del exfutbolista y de su mano derecha, Juan Padrón, por administración desleal y desvío de fondos.
Y es que la auditoría independiente realizada por BDO a petición del CSD refleja que las cuentas de 2014 de la Federación de Fútbol esconden errores contables de hasta 82,5 millones de euros entre ingresos y gastos mal contabilizados, subvenciones no justificadas, avales no publicados y reconocimiento de cobros pendientes que nunca van a llegar y que elevan su patrimonio neto de forma incorrecta en casi 35 millones de euros.
Así, el auditor señaló en 2014 hasta once salvedades distintas, que reflejan que el organismo que gestiona a La Roja no respeta los criterios contables, aplica fórmulas que no debe, no lleva un control serio sobre los gastos y, además, es reincidente, puesto que en las cuentas de 2013, este mismo auditor ya señaló diez salvedades que no se han corregido en su mayoría.
En las cuentas de 2015, el auditor oficial de la Federación también señala varios errores contables. No se conoce el análisis alternativo de BDO de ese ejercicio. No en vano, no hay que olvidar que en 2015 Villar declaró la guerra a Cardenal, hasta el punto de denunciarle ante los tribunales y llegar hasta su dimisión en 2016.
Según se desprende de la auditoría, las prácticas contables de la entidad ocultan ingresos y gastos. Por ejemplo, la Federación registró los costes relativos a la gestión de derechos de patrocinio descontando los ingresos procedentes de los patrocinadores por lo que ambas partidas se encontraban minoradas en 2013 en 10 millones.
Situación que no se corrigió. Es decir, la entidad registró como netos los ingresos relativos a las operaciones con los patrocinios, lo que te permite camuflar cuánto te has gastado en conseguirlos o cuánto has ingresado realmente por ellos. Así, esta practica contable está mal hecha y no permite reflejar fielmente la imagen de la entidad.
A su vez, el auditor señala que la Federación presenta una serie de ayudas e ingresos procedentes de organismos internacionales por 5,8 millones que no están vinculados a ninguna inversión o gasto o, por lo menos, ellos no han tenido acceso a ellas.
Las ayudas de este tipo de organismos tienen que estar siempre condicionadas a la ejecución de un proyecto concreto y este caso no se ha presentado. "No justifica en qué se ha gastado el dinero, es como si hubiera desaparecido", aseguran fuentes del sector.
Esta situación se repite con las subvenciones por 10 millones que la CSD entregó a la entidad entre 2010 y 2014. El Consejo reclamó a Villar ese año 3 millones por no haber justificado en qué se había gastado el dinero y tenía en revisión el resto.
La Federación no informó sobre este conflicto en las cuentas de 2014 ni tampoco sobre unos avales que entregó a diversas federaciones territoriales por 5,4 millones. "Los avales al final son dinero y no reconocer que los has dado levanta sospechas", explican en el sector.
El informe del auditor que levantó la liebre también cuestiona cómo se pudieron gastar los 12 millones de euros reconocidos como gasto en 2012 para poner en marcha un centro de formación deportiva "a través de la Fundación RFEF". El proyecto no sólo no se hizo, sino que en 2014 se canceló.
En esas mismas cuentas, la Federación también se apunta una serie de cobros que va a recibir, que según el auditor son dudosos, y no sigue ningún tipo de criterio contable lógico para apuntarse gastos e ingresos de viajes, publicidad y patrocinio.
Este descontrol en los ingresos de gastos, que no respetan el criterio de devengo, le ha supuesto tener un patrimonio sobrevalorado en 23 millones. "El auditor no tiene constancia de por qué se han imputado esos gastos en ese año y no en otro", aseguran. A su vez, la firma da por hecho que va a cobrar unos 3,7 millones de los 20 millones que le debe Santa Mónica y que auditor señala que no, por lo que está mal contabilizado.
La rescisión del contrato con la firma que gestionaba los derechos de imagen de La Roja por que le debía dinero y la aprobación de un pago como indemnización por lo mismo también desató sospechas.
La auditora de BDO solo muestra que la contabilidad de la Federación es un caos, pero no que haya fraude. Eso viene después, con la investigación que reveló que Villar habría utilizado presuntamente los partidos amistosos de La Roja para el desvío de comisiones por un importe de, al menos, 3,6 millones a una empresa controlada por su hijo. La Fiscalía también habla de que habría desviado fondos a las federaciones territoriales para asegurarse su apoyo en las elecciones y da por probado que Juan Padrón, también presidente de la filial tinerfeña, desvió fondos de la misma a una de sus empresas.
El desastre contable de Villar
1- Un centro de formación que no existe
En 2012, la Federación se apuntó un gasto de 12 millones de euros para elaborar un proyecto que contemplaba la construcción de un centro de formación deportiva a través de su fundación. En 2014, el gasto estaba apuntado como pasivo corriente, pero el proyecto no se llegó a realizar. Es más, ese año se canceló.
2- Un patrimonio neto sobrevalorado en 2014
La Federación mantenía, en 2014, 3,7 millones como saldos a cobrar la deuda con Santa Mónica. El auditor considera que no se van a recuperar. También señala que el organismo ha reconocido una subvención de capital de 1,7 millones que no le corresponde y que no apunta correctamente (ni año, ni forma) ingresos y gastos por 23 millones, lo que eleva incorrectamente su patrimonio.
3- Gastos y avales sin justificar ni reconocer
El organismo no reflejó en 2014 que el CSD puso en revisión subvenciones que le había otorgado por 14,6 millones por no haber justificado su gasto. Ese año ya le había exigido la devolución de 3 millones. A su vez, el auditor señala que la Federación no ha justificado en qué proyectos se ha gastado las ayudas de 5,8 millones recibidas de organismos internacionales, que siempre deben estar vinculadas a un proyecto, y que en 2014 no informó o reflejó en las cuentas de había dado un aval por 5,4 millones.