
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, habría pedido al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el pasado mes de mayo "una salida" a la disyuntiva política que vive Cataluña a cuenta del proceso independentista.
Según informa este jueves el diario La Vanguardia, el mandatario catalán quiso mantener abierta la vía negociadora con Moncloa a través de políticos y destacados empresarios, que habrían sido los encargados de transmitir a Rajoy el deseo de Puigdemont de buscar una solución consensuada.
La reunión secreta de Rajoy y Puigdemont en Moncloa el pasado 11 de enero evidenció que no cabía posibilidad de acuerdo, pasando entonces el líder de ERC y vicepresidente del Ejecutivo catalán, Oriol Junqueras, a ser el principal interlocutor del Govern con Madrid.
Aunque la sintonía de Junqueras con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría era buena, como pudo verse en la inauguración del Mobile World Congress de Barcelona, el presidente catalán prefirió tener su propio canal de comunicación con la Moncloa.
Esta "salida" pasaba, a criterio del Gobierno, por rescatar los 45 puntos que el propio Puigdemont había planteado en abril de 2016 en su visita a Moncloa y que estaban centrados en una mayor dotación económica para infraestructuras e inversiones sociales en Cataluña.
Sin embargo, el presidente catalán ya había puesto sobre la mesa un punto 46: la celebración de un referéndum de independencia pactado con el Ejecutivo central. Una reivindicación que Moncloa no pudo aceptar en ningún momento y en la que Puigdemont no tenía opción de retroceder: "No puedo".
Este nuevo choque de posturas dejó a las puertas un incipiente comienzo de negociación que hubiese supuesto la primera negociación de facto entre Madrid y Barcelona desde que el 'procés' catalán vive su fase más intensa. Precisamente en mayo, en Madrid, Puigdemont hizo en una conferencia el último llamamiento al diálogo con el Gobierno.
Al entender Puigdemont que negociar los otros 45 puntos aparcando el referéndum podría verse en Cataluña como una "claudicación" ante Madrid, las vías de comunicación se apagaron y comenzó el verdadero proceso de ignición que se está viviendo ahora, con el Govern preparando la Ley de Referéndum y el Estado previendo lo que pueda ocurrir el 1 de octubre.