Política

Pedro Sánchez reaparece en el Congreso para vender un bloque por el cambio

  • El secretario del PSOE propone un paquete de medidas que rescate a los jóvenes
Pedro Sánchez saludó a Antonio Hernando, pero apenas le miró. Imagen: EFE.

Aplausos, abrazos. Pedro Sánchez ya tiene una épica. Ayer lo demostró cuando atravesó la Sala Ernest Lluch del Congreso de los Diputados, y sus señorías socialistas, entre cuyas filas se cuentan todavía adversarios, algunos se levantaron de sus asientos para recibir al nuevo secretario general del PSOE.

Sánchez saludó a sus antiguos colegas, fue más expresivo con unos, ignorante con otros y alcanzó a rodear con sus brazos a su antiguo portavoz, Antonio Hernando, en un fugaz golpe de hombros, y despacho instantáneo. En menos de media hora, el secretario general, acompañado de su núcleo duro -Cristina Narbona, Adriana Lastra y José Luis Ábalos- aludió a Unidos Podemos y Ciudadanos. Sánchez quiere crear la mesa del cambio. Y aunque no ha hablado aún con ningún partido, da por hecho que esa fórmula de bloqueo contra las políticas de Mariano Rajoy puede funcionar y tener sus réditos.

Así pues, afirma estar abierto a las propuestas de las fuerzas del cambio -donde autoincluye al PSOE- sin monopolizar, sin patrimonializar, para -entre otras iniciativas- articular el rescate de los jóvenes, que en la concreción de Sánchez pasa por acabar con el becariado, con los trabajos no remunerados, rebajar las tasas universitarias, aumentar las becas y apostar por políticas públicas que faciliten la emancipación de la gente joven, sin entrar en más detalle.

La prioridad -repitió en varias ocasiones- "es cambiar a este Gobierno, siendo aliados del Estado", y por tanto, colocándose enfrente de este Ejecutivo. Insiste Sánchez en que su destino es La Moncloa, porque dice "ser la izquierda que aspira a transformar el futuro".

Para este segundo plan de Ocupación Moncloa, cree el nuevo secretario socialista que contará con la complicidad de Pablo Iglesias y Albert Rivera. "Quizás por separado". Pero la intención es reunirse con ellos la próxima semana para hacer un camino juntos.

El discurrir de Sánchez recibió respuesta. Iglesias valoró el gesto de querer llegar a un mejor entendimiento, claro que, sin fiarse de C's, y sin olvidar que exige otra moción, y Rivera le pidió que deje el "bucle" en el que se ha instalado y abandone el síndrome de 2016.

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