Política

El ajedrez del PSOE: el enigma Patxi López

  • ¿A quién beneficia su presencia? ¿A Susana Díaz o a Pedro Sánchez?
El aspirante a liderar el PSOE Patxi López. Foto: EFE

En el ajedrez del PSOE Susana Díaz es la todopoderosa reina y Pedro Sánchez el imprescindible rey: ella no puede ganar sin derrocarle, y él carece de los recursos que tiene ella. El enigma es el papel de Patxi López: ¿a quién beneficia su presencia? Y, sobre todo... ¿juega con blancas o con negras?

La semana anterior al inicio oficial de la campaña por las primarias del PSOE se saldó con cuatro noticias. La primera, inesperada: la escasa diferencia en el número de avales entre Susana Díaz y Pedro Sánchez. La segunda, sorprendente: además de ellos, Patxi López consiguió los avales necesarios para formalizar su candidatura. La tercera, obvia: Sánchez ofreció al exlehendakari unir fuerzas. La cuarta, enigmática: López dijo que no.

En cualquier caso, el arranque de campaña contempla -de momento- tres candidatos. Y el 'de momento' viene porque, aunque Patxi López ha asegurado que mantendrá su candidatura y que habrá una papeleta con su nombre (es un decir), el PSOE es una fábrica de sorpresas de tal calibre que a saber si será capaz de mantener su palabra. Al menos de momento ha conseguido una primera victoria: eran muchos dentro de Ferraz los que apostaban a que no conseguiría llegar a reunir los avales necesarios.

La pregunta ahora es otra: ¿qué papel cumplirá Patxi López en el proceso y, de forma indirecta, a quién beneficia su presencia?

La 'vía Tapias' mejor que la fractura con Rubalcaba

En los antecedentes inmediatos de las primarias socialistas hay dos casos muy distintos. El primero, el que enfrentó a la recientemente fallecida Carme Chacón con el exvicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba. El resultado, más allá del estrecho margen de votos por el que el veterano se impuso a la catalana, es bien conocido: el partido se dividió en dos facciones, una más 'oficialista', veterana y cercana a PRISA, otra más 'innovadora', 'zapaterista' y cercana a Mediapro.

El segundo antecedente puede encerrar algunas claves más, y es el proceso en el que Sánchez derrotó a Eduardo Madina con la inestimable ayuda de Susana Díaz. La cuestión es que, además de ellos dos, José Antonio Pérez Tapias también consiguió ser candidato tras reunir los avales, de forma que se dieron tres nombres: uno desconocido pero apoyado por los poderes fácticos, otro señalado como izquierdista radical -fundamentalmente por los medios conservadores- y un último, descartado como un candidato con posibilidades, que era en realidad el más izquierdista de todos.

La pregunta es qué papel cumplió Tapias en un proceso en el que, como Patxi López, parecía evidente que no tenía posibilidades. Y, en paralelo, por qué consiguió los avales si no tenía posibilidades reales.

Al margen de la intervención del 'aparato' del partido para favorecer a Sánchez, Tapias jugó un inestimable papel a la hora de debilitar a Madina: muchos de sus votantes posibles venían de un mismo estrato ideológico en Ferraz. Segunda clave, Tapias es andaluz -como Díaz-, y no pocas voces en su día señalaban a la hoy candidata y matriarca socialista como artífice de los avales (primero) y votos (después) que consiguió su paisano. A fin de cuentas, si Madina se hubiera sumado los votos de Tapias hubiera derrotado a Sánchez -que, por cierto, arrasó en Andalucía, a la postre el 'hogar' de casi un tercio de los militantes socialistas-.

El superviviente López

De vuelta a 2017. Patxi López logra los avales suficientes y se cuela en la 'fiesta' que se ha amargado a Susana Díaz: se suponía que la lideresa haría una demostración de fuerza y arrasaría a Sánchez en la recolección de apoyos, pero la diferencia entre los dos cabeza de serie ha sido mínima. Pero -supuestamente- no lo hubiera sido si López no hubiera conseguido tantos avales.

Acto seguido, e impulsado por su dulce 'derrota', Sánchez ofrece a López integrarse en su candidatura (nótese que no le ofrece un pacto, sino ser parte de su equipo) y éste se niega, aduciendo -entre otras cosas- que ni siquiera se lo había comunicado a través de los cauces habituales, sino que se preocupó por decirlo antes ante los medios.

No es que sorprenda que Sánchez actúe de cara a la galería mediática -las negociaciones en la fallida legislatura anterior fueron una carrera de obstáculos mediática-, pero sí que sea tan torpe en las formas si realmente quería conseguir la adhesión de López. A fin de cuentas, muchos de los que van con el exlehendakari eran miembros de su propio núcleo duro.

Entonces, ¿no quería Sánchez que López aceptara? Puede ser. Lo que ha dado alas a Sánchez ha sido el relato de 'desalojado de un cargo electo en un golpe de Estado interno', y el mostrar voluntad integradora y verse rechazado refuerza la idea de 'yo contra todos'. Sin embargo, y al margen de eso, parece fácil deducir que uniendo fuerzas obtendrían un mejor resultado? o no.

¿Y qué hay de Patxi López? ¿Por qué no se ha unido a un equipo mejor, si por sí sólo parece condenado al fracaso? Quién sabe si en un PSOE tan revuelto los militantes, hastiados del enfrentamiento entre Díaz y Suárez pueden acabar apostando por López, pero si no lo hacen -que parece lo más probable- el exlehendakari siempre tiene un último as en la manga: ofrecerse al ganador para completar el arrinconamiento del perdedor (habrá tal enfrentamiento que no habrá integración posible), consiguiendo una cuota de poder mayor de la que le correspondería.

¿Retorcido? Bueno, López logró ser el primer no nacionalista en regir los destinos de Euskadi pactando con el PP y vetando a la izquierda abertzale (entonces un 20% del electorado), y luego fue un fugaz presidente del Congreso gracias al apoyo de Ciudadanos y la (breve) aquiescencia del PP. Cosas más raras ha hecho y, de momento, ahí sigue.

¿Una estrategia de Susana Díaz?

En cuanto a Susana Díaz, es complicado saber si la presencia de Patxi López le beneficia o le perjudica. Ella, en principio, quería un enfrentamiento de uno contra uno para machacar a Sánchez... pero ahora parece claro que esa dicotomía no juega a su favor, sino todo lo contrario: la fuerza de su maquinaria ha revitalizado a un rival que parecía abrumado y amortizado.

Por otra parte, y retomando la baza de Tapias, quizá Patxi López pueda hacerle más fácil una victoria -supuestamente- inevitable a través de la división de votos de los militantes 'antisusanistas'.

Cuál sea la respuesta correcta es algo que se verá en el debate de Ferraz primero, y en las urnas oficiales después.

Todo eso, en cualquier caso, pasando por alto la última de las hipótesis, la más conspirativa de todas: ¿y si Susana Díaz ha querido dar falsas esperanzas a sus rivales conteniendo su auténtica fortaleza en el proceso de recolección de avales? Así podría lograr una victoria mucho más amplia de lo esperado, convirtióndose no sólo en ganadora si no también -a diferencia de sus dos antecesores- en la líder indiscutida de una vez por todas.

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