
El conflicto de la estiba enfila su recta final. El Gobierno que preside Mariano Rajoy está muy cerca de lograr los apoyos suficientes para que la liberalización de la carga y descarga de mercancías pase con éxito el trámite parlamentario antes de verano. El Ejecutivo, que ya tiene asegurado el respaldo de Ciudadanos y del PNV, busca la llave del éxito en el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT).
En concreto, el equipo de Gobierno negocia que la antigua Convergencia (CSC) se abstenga en la votación, permitiendo que el nuevo Real Decreto vea la luz con 174 votos a favor, 168 en contra y ocho abstenciones. La marcha de las negociaciones son clave para que el Ejecutivo se decida a llevar la ley de nuevo a Consejo de Ministros, algo que podría suceder este mismo viernes, aseguran fuentes cercanas al Gobierno. En este punto, otras fuentes explican que Rajoy ya quería aprobar el Real Decreto de la estiba el pasado viernes pero con los Presupuestos en ciernes y los tiras y aflojas de PDeCat decidió retrasarlo una semana más.
"El Ejecutivo no va a aprobar el Real Decreto hasta que tenga cerrado definitivamente el acuerdo con PDeCAT. El pacto está prácticamente hecho y Rajoy quiere llevarlo a Consejo de Ministros este viernes", aseguran fuentes parlamentarias. Pese a los deseos del Ejecutivo, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, pidió este lunes cautela y aseguró que está negociando con otros partidos, ya que "el apoyo de los nacionalistas catalanes no está cerrado". "Hay que ser prudentes porque se sigue todavía trabajando en el ámbito político para cerrar una mayoría suficiente", sentenció durante un foro inmobiliario organizado por El Confidencial y Colonial. En este punto, el ministro ha urgido la aprobación del Decreto-ley, porque la sentencia del Tribunal de la UE que condenará a España a pagar 134.000 euros al día "está al caer".
¿Otros apoyos?
Por mucho que De la Serna asegure que "está negociando con otros partidos", lo cierto es que tiene muy complicado recabar el apoyo o la abstención de otras fuerzas parlamentarias. Por un lado, Coalición Canaria, que ayudó al Gobierno a aprobar los Presupuestos, no parece dispuesto a respaldar la reforma legislativa de la estiba por la fuerte influencia que el sector tiene en las Islas Canarias. No en vano, el 75% de las mercancías entra en el archipiélago por barco y una huelga pondría en peligro la economía y el abastecimiento de la población. En este punto, otras fuentes aseguran que los estibadores tienen mucha vinculación con los partidos canarios y que los políticos que apoyasen el Real Decreto Ley impuesto por Europa tendrían problemas.
Por otra parte, no se espera un cambio de posición del PSOE, inmerso en un proceso de primarias, ni el repentino apoyo de Podemos, Esquerra o Bildu. En cuanto a PDeCat, la formación catalana rechazó respaldar la reforma de la estiba en marzo para "no facilitar la situación al PP cuando el Gobierno quiere inhabilitar a la cúpula de la antigua Convergencia", defendió en su día Ferrán Bel, portavoz de Economía de PDeCAT. La posición del partido podría haberse suavizado con la salida de Francesc Homs del Congreso tras ser inhabilitado por el Supremo, ya que están a favor de liberalizar el sector de la estiba y permita a los puertos catalanes ganar competitividad. Un cambio de postura que se justificaría con el principio de acuerdo alcanzado entre Gobierno, patronal y estibadores.
168 votos en contra
Si PDeCAT, la antigua Convergencia, decide finalmente cambiar el sentido de su voto y abstenerse en el trámite parlamentario de la reforma de la estiba, ésta podrá ver la luz con 174 votos a favor, 168 votos en contra y ocho abstenciones. Una mayoría suficiente, ya que el Gobierno solo necesita tener más votos a favor que en contra para sacar adelante el Real Decreto-Ley.