
La campaña de varios dirigentes de Unidas Podemos en los últimos días contra la propietaria que subió el alquiler a unos inquilinos que llevaban 12 años en su inmueble derivó en un acoso en redes sociales. Irene Montero y otros dirigentes de la formación 'morada' no se conformaron con denunciar la situación, sino que dieron los nombres y apellidos de la arrendadora. Eso acrecentó unas presiones que ya ha sufrido estos meses y que ahora ha decidido denunciar públicamente.
A través de una entrevista concedida a Idealista, la arrendadora resume así la avalancha que se la ha venido encima: "Imagina tener un piso en propiedad y que después de más de diez años cobrando la misma renta decides subirlo por circunstancias personales. Ahora imagina que, por actualizar el precio de ese alquiler, previo aviso de cuatro meses a los inquilinos y que ha estado congelado desde entonces, empiezas a recibir amenazas por parte de sindicatos, escraches en la puerta de tu trabajo y la violación de tu privacidad en televisión por parte de políticos populistas. Pues ese es mi caso".
En su relato, la propietaria explica que en 2007 alquiló el piso, de cinco habitaciones, 140 m2 y en el Eixample barcelonés, a una familia compuesta por un matrimonio y tres hijos por una renta pactada de 1.100 euros. Pasado el tiempo, y "por las circunstancias económicas por las que pasó medio país", la arrendadora dejó el alquiler en 1.000 euros mensuales y no les aplicó la subida anual vinculada a la evolución del IPC (Índice de Precios al Consumo) habitual en los contratos.
Meses de "amenazas y escraches"
Según prosigue su testimonio, en octubre de 2018 el contrato vencía y la inmobiliaria que gestionaba el alquiler se lo comunicó por burofax a los inquilinos. Aunque esta inmobiliaria le recomendó poner el piso a 1.500 euros al mes dados los precios de la zona, ella decidió dejarle en 1.300. Un cambio inaceptable sin embargo para la familia de inquilinos, que ni quería asumir la subida ni quería abandonar el inmueble dio paso a la actuación, refiere la propietaria, del Sindicat de Llogaters (Sindicato de Alquileres). Comenzó ahí un ciclo de "amenazas y escraches" que ahora denuncia la entrevistada y que ha tenido el colofón de la campaña de Unidas Podemos.
Sobre el énfasis de Irene Montero en la campaña contra ella, la propietaria asegura que la dirigente "no tenía que haber tomado parte de la forma que lo ha hecho. Yo no soy la mala de la película, y me gustaría decirle que tiene mucha cara y lo que ha hecho es ilegal, y obviamente tendrá consecuencias". La propia Montero admitió en Twitter que al haber señalado a la arrendadora habían provocado un linchamiento en las redes a otra persona que se llamaba igual, aunque justificó su acción.
"Ya no quiero negociar nada: ni aunque me dieran 1.500 euros los querría como inquilinos"
"Si tanto le importa la situación, animo a Irene Montero a que les busque ella un pisito de 1.000 euros de otro propietario que esté de acuerdo con su política. A mí que vivan como ellos quieran, lo único que no quiero es que sea en mi piso", se queja la arrendadora, que ahora sigue en pleno litigio judicial para la ejecución del desahucio de los inquilinos.
Inquirida por una eventual negociación con ellos, la propietaria es nítida: "Ya no quiero negociar nada: ni aunque me dieran 1.500 euros los querría como inquilinos". Según los cálculos de Idealista a tenor de cómo se mueve el mercado, ese piso ahora mismo se podría alquilar a 2.030 euros al mes, un 36% de los 1.300 que pedía en su subida.