Política

El Gobierno descarta un anticipo electoral y ve legislatura hasta 2020

  • El presidente recuerda al PSOE que solo a él le corresponde disolver las Cortes
Mariano Rajoy, presidente del Gobierno. Imagen: Reuters.

Un día, no muy lejano, Pedro Sánchez pidió a Mariano Rajoy que explorara entre sus "potenciales aliados" para formar gobierno. Entonces, el hoy presidente del Gobierno desoyó sus consejos. Ahora las cosas han cambiado. El jefe del Ejecutivo ha explorado apoyos en el centroderecha español, con el último aliento de Nueva Canarias, y el institucional sustento de PNV, para dar luz verde al techo de gasto y, por ende, a los Presupuestos Generales del Estado de 2018. En caso de extrema gravedad, en el caso de que no encontrara apoyos para las cuentas de 2019, Rajoy tendría potestad para prorrogar presupuestos ese año, y, si quisiera, convocar elecciones en 2020 completando el ciclo de vida de una legislatura.

El objetivo no es desdeñable. Este martes, el vicesecretario y coordinador del Partido Popular, Fernando Martínez Maíllo, así lo subrayaba. El diputado zamorano negaba la mayor. En el PP ni siquiera se habla de esa hipótesis. El proyecto no es otro que acabar en 2020.

Aprobado el techo de gasto del reprobado ministro Cristóbal Montoro, primero en el Congreso, y este miércoles en el Senado, el PP se siente seguro. Se ve con condiciones suficientes de seguir tejiendo pactos con otros partidos. Las políticas tributarias, presupuestarias, el bono social, la estiba, son buen ejemplo de ello, analiza Génova 13.

Alicientes y paradojas

La fuerza de la economía es crucial. El aumento del empleo, los datos macroeconómicos, el desarrollo explosivo de la comercialización, la venta de coches, el incremento del turismo, el conjunto de variables -se habla de hasta 69- se han convertido -sustancia el entorno del PP- en la principal premisa de una tesis siempre defendida por el presidente del Gobierno: agotar la legislatura hasta el minuto final. Sin subir el tono, el Gobierno pide tranquilidad a los ciudadanos y dice saber qué tiene que hacer con Cataluña. Pero lo cierto es que -de este modo lo expresa a elEconomista un aliado de Rajoy- Cataluña constituye en sí un obstáculo para un adelanto electoral. Es una paradoja. Porque, aunque no se celebrara el referéndum anunciado el 1 de octubre, barajar unas elecciones generales ahora, o después, es una temeridad. "Las fuerzas independentistas podrían sacar tajada de ese vacío legal", avalan fuentes consultadas.

Por esta razón, el Gobierno mantendrá sus retenes. Se trata de reaccionar de inmediato frente a las salidas de Carles Puigdemont y el Govern de la Generalitat catalana.

Entre tanto, el subidón del techo de gasto ha dado un nuevo impulso al Ejecutivo. Ayer, sin ir más lejos, el presidente del Gobierno se defendió de las reprobaciones a sus ministros de Hacienda y Justicia argumentando que, si cada vez que el Tribunal Constitucional dictase una sentencia que cuestiona las formas, los ministros tuvieran que marcharse, tendríamos un serio problema. Incluso si los recursos que presentan los grupos fueran desestimados, ¿tendría que marcharse todo el grupo?, preguntaba con retórica Rajoy.

El presidente despeja dudas. Así se lo trasladó ayer a la portavoz del Grupo Socialista, Margarita Robles. Aquí quien nombra o separa ministros es él, y quien disuelve las Cortes también es él, apuntó. De manera que, esa condición, la que confiere el artículo 100 de la Constitución, "le puede corresponder cuando alcance la condición de presidente del Gobierno y hasta entonces no va a suceder", espetó Rajoy a Robles, aclarando que, de momento, no se atisban elecciones.

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