Política

Millet asegura que Ferrovial pagó comisiones a CDC disfrazándolas como donativos al Palau

  • A cambio de la adjudicación de obra pública
  • Admite además que el Palau pagó las bodas de sus hijas y reformas de sus casas
  • La hija de Montull asegura que "Millet lo controlaba todo"
El expresidente del Palau Fèlix Millet, llegando a los juzgados. Imagen: EFE

El expresidente del Palau de la Música Fèlix Millet ha afirmado este miércoles que la constructora Ferrovial "hacía donaciones para que el dinero fuera a CDC a cambio de obras públicas". Así lo ha asegurado en su declaración como acusado en el juicio por el expolio de la institución catalana que ha comenzado ocho años después del inicio de la investigación.

Y lo ha dicho a preguntas del fiscal anticorrupción Emilio Sánchez Ulled, recordando que esto no lo había desvelado en su confesión de 2009 -en la que reconoció, en parte, que él y su entonces mano derecha, Jordi Montull, expoliaron la institución-. "Esta es la verdad", ha indicado.

La Fiscalía considera que CDC se financiaba ilegalmente recibiendo fondos de la constructora que se camuflaban como donativos al Palau pero que, en realidad, respondía a la adjudicación de obras públicas por parte de instituciones que controlaba el partido. En este sentido,  Millet ha insistido durante su interrogatorio: "Convergència sabía que Ferrovial daba este dinero a cambio de que se le adjudicara obra pública".

Sobre cuándo empezó esta práctica, ha dicho que no recuerda con exactitud pero lo ha situado entre los años 1998 y 2000, puntualizando que "pasó durante muchos años" y hubo muchas obras -según la Fiscalía, incluso la Ciudad de la Justicia, donde se celebra el juicio, o la línea 9 de metro-.

Ha explicado además la mecánica para las comisiones que se quedaban del dinero donado por la constructora entre CDC, él mismo y Jordi Montull a través de la sociedad Palau 100: "Nos repartíamos el 2,5% para CDC y el 1,5% para nosotros: 1% para mí y 0,5% para Montull". Esta comisión se calculaba sobre el dinero que les entregaba la empresa, pero sobre las cifras a donar se ponían de acuerdo CDC y Ferrovial: "Yo aquí no entraba".

Tres sistemas de donaciones

Ha detallado que había tres maneras para recibir esas donaciones: en efectivo -en su caso trató con el extesorero de CDC ya fallecido Carles Torrent-; con facturas falsas; y a través de un convenio entre el Palau y la Fundació Trias Fargas -que era "la excusa" para aportar dinero al partido-. Ha indicado que muchas veces quien se encargaba era Jordi Montull, y que después de Carles Torrent su contacto en CDC era precisamente Daniel Osàcar.

A preguntas del fiscal sobre anotaciones junto a cifras y sobre quién es 'Daniel', ha respondido: "Daniel Osàcar", el extesorero de CDC y único acusado del partido en este caso, aunque la formación está acusada como responsable civil a título lucrativo.

Sin embargo, ha dicho no saber ni haber tenido contacto con otros cargos dentro del partido por esto, ni cómo se decidía qué cantidades entregar y qué obras se adjudicarían: así, su confesión se limita a los cargos del partido ya implicados: los dos extesoreros -uno fallecido y otro acusado-.

Preguntado sobre el abogado y exdiputado de CiU en el Parlament Jaume Camps -que estuvo imputado en este caso pero su causa se archivó por prescripción-, ha dicho que lo conocía pero ha descartado reuniones con él sobre adjudicaciones de Ferrovial, y no ha recordado una reunión entre él y Montull, Camps y el exconseller de Justicia Germà Gordó (CDC) en el hotel barcelonés Diplomatic por la que le ha preguntado el fiscal.

Las bodas de sus hijas

El expresidente del Palau de la Música también ha justificado en el juicio, durante su declaración como acusado, que la institución musical pagó las bodas de sus hijas por más de 164.000 euros para promocionar la entidad. Ha confesado en la Audiencia de Barcelona que las bodas las pagó íntegramente el Palau y ha admitido: "Lo hice mal, me equivoqué. Pero teníamos un motivo: necesitábamos hacer publicidad para abrir mercados". Ha destacado que, gracias a que sus dos hijas se casaron en la institución en 2000 y 2002, se celebraron otras cinco o seis bodas allí, porque los invitados que hizo venir no eran solo familia, sino que el 80% eran patronos y empresarios a través de los cuales buscar posibles clientes.

También ha revelado que su hija Clara y sus suegros -que pagaron pese a todo la mitad del convite- no querían celebrarlo en el Palau, pero que desde la institución se lo pidieron "para que la gente sepa que se pueden hacer bodas".

Viajes privados

Igualmente, Millet ha reconocido que pagó viajes privados familiares con fondos del Palau -a Kenia, Las Maldivas, Polinesia y otros sitios- aunque ha insistido en que su mano derecha, Jordi Montull, se encargaba de los detalles de cómo se abonaban. "Era el director Montull el que lo hacía con una agencia de viajes. Él era director general", ha explicado Millet, que ha advertido, sin embargo, que el que hicieron a México fue por actividades propias del Palau de la Música.

Al principio de su declaración, Millet también ha considerado un "error brutal" haber hecho obras suntuosas en sus casas a costa del Palau y haberse adjudicado un bonus de 800.000 euros anual. "Fue un error mío brutal. Ya lo digo en mi declaración por escrito de 2009, lamentándolo mucho, porque fue un error", ha asegurado al comienzo de su interrogatorio. Al ser preguntado si estas obras las acometieron empresas proveedoras habituales del Palau, Millet ha descargado la responsabilidad en Montull: "No elegí yo las empresas. Eso lo hacía el señor Montull. A mí me daba igual que fuera una empresa u otra.

La hija de Montull

A su vez, la exdirectora financiera del Palau de la Música Gemma Montull, hija de Jordi Montull, ha asegurado en su declaración como acusada en juicio que Millet era "el jefe supremo" que "lo controlaba absolutamente todo" y que el resto de cargos y trabajadores se limitaba a cumplir sus órdenes. "Controlaba absolutamente todo lo que allí pasaba. Tenía a su mano derecha, Jordi Montull, mi padre, que era quien le ayudaba", ha respondido en su interrogatorio a preguntas de Sánchez Ulled, emocionada y entre lágrimas en momentos de su declaración, en un juicio en que se enfrenta a 26 años de cárcel.

Ha explicado que su tarjeta figuraba que era directora financiera pero no tenía autonomía para actuar, igual que sus compañeros en el Palau e incluida la directora de la institución para promoción y marketing, Rosa Garicano, también acusada: "Poder de decisión no teníamos ninguno".

Así, no ha podido confirmar que ella tuviera conocimiento de que estos pagos se correspondían con 'mordidas' por la adjudicación de obra pública. Gemma Montull ha explicado que mantenía una libreta de anotaciones con los pagos y cobros de Ferrovial a CDC y ha confirmado que las cantidades consignadas, que ha mostrado el Fiscal, a este efecto son ciertas.

La versión de la empresa

Ferrovial ha asegurado que el patrocinio fue siempre público, que las adjudicaciones se realizaron a la oferta con mejor valoración económica y puntuación global, y que la compañía practica una política de "tolerancia cero" con la corrupción.

En este sentido, asegura que su patrocinio con el Palau se desarrolló "siempre de forma pública y satisfactoria", y de este modo se celebraron todos los actos culturales previstos en los convenios de colaboración y se obtuvieron las ventajas de publicidad e imagen propias de este tipo de convenios.

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