Política

¿Miedo al 26J? PP y Podemos aguardan el día siguiente al fracaso de Sánchez

La resaca electoral del 20D dejó en las primeras semanas del presente año la sensación de que unas nuevas elecciones anticipadas favorecerían al PP -que recogería votos de un Ciudadanos ya menguado en la cita electoral- y a Podemos -que conseguiría su ansiado 'sorpasso' ante el PSOE con menos representación de la democracia-. Una tendencia ésta que ratificaban todas las encuestas postelectorales, entre ellas la del CIS, y que ahora parece ir cambiando.

El hecho de que Pedro Sánchez aceptase el encargo del Rey que Mariano Rajoy quiso posponer así como el pacto del socialista con Albert Rivera ha cambiado, aunque no sustancialmente, la percepción de los votantes. Más o menos criticable la propuesta de PSOE y Ciudadanos, ha sido hasta ahora el único paso destinado a romper la actual situación de bloqueo, más allá del soñado tripartito encabezado por él que quiere Rajoy o el Gobierno dominado por su vicepresidencia que quiere Pablo Iglesias.

Estos hechos, sumados a la aparición de nuevos casos de corrupción relacionados con el PP y a la tensión siempre latente entre Podemos y sus socios territoriales provocaron que en encuestas publicadas el pasado fin de semana tanto PP como Podemos bajaran en sus expectativas de voto, mientras que, por ejemplo, Ciudadanos subía.

Teniendo en cuenta esa progresión, desde PP y Podemos saben que aunque ataquen el acuerdo hecho formal ayer por Sánchez y Rivera, la repetición electoral ya no colmaría tanto sus expectativas, con lo que ambas formaciones, que previsiblemente votarán no en la investidura de Sánchez, esperan el fracaso de éste en la segunda votación - prevista para el 5 de marzo- para que el tablero político se vuelva a recolocar y empezar unas nuevas negociaciones que se alargarían los meses de marzo y abril, hasta que a principios de mayo se convocarán irremesiblemente las anticipadas.

Aunque ayer Sánchez remarcase que el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos no tenía fecha de caducidad y seguiría vigente aun cuando el socialista no superase la investidura, Rajoy confía en poder revertir la situación a partir del 6 de marzo y erigirse en alternativa para que Sánchez tenga que elegir entre él o nuevas elecciones. Una propuesta arriesgada que exigiría que Ciudadanos renunciase, al menos en parte, a los acuerdos alcanzados con los socialistas.

Por el flanco de Podemos, como esbozaron ayer algunos de sus portavoces, se sigue confiando en la formación de "un Gobierno del cambio" formado por PSOE, Podemos, IU y Compromís. La escenificación de la ruptura de las conversaciones con el PSOE no tenía otro fin que postular su voto negativo a Sánchez en la investidura para el día después de este intento fallido volver a sentarse en la mesa de negociaciones confiando en que el socialista renuncie a su pacto con Ciudadanos y estudie la formación de este Gobierno de izquierdas para que el que las cuentas salen mejor que los 131 diputados que suman PSOE, Ciudadanos y CC.

Puestas así las piezas sobre el tablero, todo dependerá de que en varios días PP o Podemos den su brazo a torcer y a cambio de alguna nueva condición se abstengan en la votación de Sánchez o bien y más probablemente, que tanto los 'populares' como los de Iglesias intenten romper ese pacto entre PSOE y Ciudadanos en su beneficio. El resultado dependerá de la resistencia de la alianza entre Sánchez y Rivera.

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