
Después de las tres horas de negociaciones que mantuvieron ayer la CUP y Junts pel Sí en el Palacio de la Generalitat y con el presidente en funciones Artur Mas de anfitrión, el resultado parecía claro: los 10 diputados del partido antisistema tampoco votarán a Mas en la segunda parte de la primera investidura que se celebra hoy.
Según informaban todos los medios ayer por la tarde, la oferta de Junts pel Sí de salvaguardar la presidencia de Mas a cambio de instalar a Oriol Junqueras, Neus Munté y Raül Romeva en un cargo similar al de vicepresidente tampoco gustaba a la CUP, que tras hablarlo con el secretariado nacional de su partido descartaba la idea.
Ante tal tesitura, según informa el diario La Vanguardia, Mas hará hoy un "planteamiento adicional" para intentar cambiar el sentido del voto de la CUP en una nueva demostración de hasta donde está dispuesto a llegar. Algo que esta misma mañana ha corroborado el coordinador general de CDC y diputado de JxSí, Josep Rull, quien ha avanzado que Mas propondrá "otra opción" a la CUP.
Sin embargo, el más que probable voto negativo de la CUP hoy en la investidura de Mas se trataría más de una escenificación que de otra cosa, ya que, según recoge hoy La Razón, en la reunión de ayer la CUP habría aceptado finalmente una fórmula mediante la cual aceptarían poco antes de las generales del 20D que Mas fuese investido presidente 'honorífico' o 'florero', esto es con funciones limitadas recayendo muchas de ellas en una figura similar a las tres vicepresidencias ofertadas ayer por Junts pel Sí.
Se trataría ésta de una fórmula que encajaría con los postulados de "presidencia coral" que hizo la CUP al comienzo de las negociaciones y que permitiría a Mas mantener la ansiada presidencia, si bien con un alto coste político.
En cualquier caso, ni la CUP ni Junts pel Sí han confirmado este extremo y se espera que durante la jornada de hoy, en la segunda votación de la primera sesión de investidura Mas revele alguna más de sus cartas para convencer al partido de izquierda radical.