Política

La cubierta de L' Àgora de Calatrava podría derrumbarse ante la falta de timón con el edificio

L' Àgora de Santiago Calatrava. Imagen: CAC

En esta ocasión ha sido el propio estudio de arquitectura quien reconoce las deficiencias de un edificio emblemático de la ciudad, L' Àgora, inaugurado seis años atrás y utilizado por el Gobierno de la Generalitat de Francisco Camps cuando todavía el complejo no estaba terminado. La gestión y la falta de acuerdo entre las partes han puesto en peligro la estabilidad de la cubierta, mientras siguen cayéndose las losetas cerámicas, conocidas por el nombre de trencadís.

Inaugurar antes de concluir la obra. Ese ha sido uno de los principales males de los políticos en España, especialmente en periodo electoral, o pre-electoral, pese a las críticas que el hecho en sí conlleva. Y eso es lo que le ocurrió al edificio de L' Àgora, levantado por el también polémico arquitecto Santiago Calatrava, quien fue encargado de edificar este complejo en forma de manos abrazadas, ideado para acoger la celebración de grandes eventos.

En efecto, en 2009, y con motivo del Open de Tenis 500, L' Àgora abría sus puertas, pese a que los informes del estudio de arquitectos quien señalaba que la obra estaba inacabada, inconclusa. De hecho, de ese tiempo hasta ahora -recoge el diario El País-, el estado precario de L' Àgora solo ha permitido la utilización del edificio en eventos esporádicos. El resto ha permanecido cerrado. 

Las losetas que se caen

Ahora la situación es preocupante. Se caen los trencadís (losetas metálicas), peligra su estructura, y se teme que su final sea la del Palau de les Arts, ahora en fase de sustitución.

Prevía a la inauguración, la Generalitat sacaba a concurso la gestión del lugar, que finalmente recayó sobre la contrata de Avanqua, quien ahora se desentiende de su explotación hasta que alguien no asuma el coste de las reparaciones, y que según un informe técnico podrían elevarse a 10 millones de euros. Se trata de unos gastos elevados si se tiene en cuenta que inicialmente el edificio fue proyectado con un presupuesto de 45 millones de euros, que después se disparó a 90.

El estudio de Calatrava

El 13 de agosto de 2015 -según ha dado a conocer el Estudio de Arquitectura de Santiago Calatrava a EcoDiario.es- el despacho aclaraba que, "en febrero de 2013 y a petición de CACSA, entregó un Certificado Final Parcial de Obra para el Ágora, donde se incluía una relación de los principales trabajos pendientes para la finalización del edificio. Y entre estos trabajos ya se apuntaba, por ejemplo, los remates de cubierta para garantizar la estanqueidad del edificio, la finalización de los acabados de algunas zonas de la fachada o la impermeabilización y acabado definitivo de los estanques, entre otros". Y en ese sentido, añade el escrito,"nunca certificó que las obras estuvieran finalizadas (solo hay un certificado parcial). Muy al contrario, durante estos años, el Estudio de Arquitectura de Santiago Calatrava ha insistido en sus comunicaciones con CACSA en la provisionalidad del edificio y en la necesidad de llevar a cabo distintos trabajos que estaban pendientes de ejecución".

La patata caliente de Puig

El nuevo Gobierno de la Generalitat (formado por la coalición PSPV-Compromís) asume ahora la patata caliente. Entretanto, la concesionaria y el estudio de arquitectos se han dado un tiempo para salvar el edificio que forma parte del complejo de la Ciudad de las Ciencias de Valencia.

De momento, Ximo Puig, el nuevo presidente valenciano,  sí ha subrayado que la Generalitat no tiene en sus "prioridades gastar millonadas en obras faraónicas que no responden al interés general". Así pues, el futuro de L' Àgora -con el informe negativo de Catalatrava, quien por cierto ha criticado que se hayan realizado obras sobre el lugar sin su supervisión-, corre peligro. Un agujero sin fin.

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