Política

Podemos y las 'primarias-bomba': de aquellos barros de Vista Alegre, estos lodos de 'lista plancha'

Iglesias, con el resto de la dirección de Podemos. Imagen: EFE

Se veía 'de venir' el marrón, que cantaba Estopa. Exactamente desde el pasado 20 de octubre, fecha señalada en el calendario podemita como el génesis del 'pablismo' fundacional.

El escenario, el madrileño pabellón de Vista Alegre. Lleno absoluto, emoción desatada. En medio de la efervescencia, algunas voces discordantes, aún tímidas y muy minoritarias, alertaban contra un modelo de organización excesivamente jerárquico que otorgaba demasiadas prebendas al líder. En aquel momento, la mayoría tildaron de agoreros e incluso de aguafiestas al los escasos críticos, liderados por los todavía semidesconocidos Pablo Echenique y Teresa Rodríguez. Sin Pablo Iglesias no era posible. Y él lo tenía muy claro: o conmigo, o me aparto. El resultado habló por sí solo: una victoria 'a la búlgara' marcaba un camino de dífícil retorno.

Ahora, nueve meses después y obrado el milagro de la representación en los parlamentos autonómicos y principales ayuntamientos, las piezas de la partida se han reorganizado y el efecto del poder territorial llama a la puerta de un partido aún adolescente. Pablo Iglesias ha presentado su esperada 'lista plancha' para las generales formada por su entorno de confianza y diseñada "en los despachos". Como era de esperar, la polémica está servida. Los barones, esa siempre problemática figura en la política española y de la que Podemos tampoco se librará, braman desde sus dependencias contra la circunscripción única. Pero no solo ellos. El quejío de los agoreros está tomando trazas de auténtica revolución del ágora.

La 'lista plancha'

Pablo Iglesias ha tirado de estatutos y ha presentado una lista de 65 miembros para concurrir a las primarias del partido. Pocas sorpresas -con excepción de la inclusión de Tania Sánchez y el portavoz de un sindicato de la Guardia Civil-: núcleo duro y sin sector crítico.

Entre los 65 elegidos, hay 23 miembros del Consejo Ciudadano estatal, de los cuales nueve pertenecen a la ejecutiva, el Consejo de Coordinación. De ellos, cinco pertenecen al equipo de campaña de Iglesias -Errejón, Bescasa, Alegre- y le acompañan en lo que denominan Ruta del Cambio. Además, Iglesias es el único de los cinco eurodiputados de Podemos que figura en la lista. No está ninguno de los otros cuatro: Lola Sánchez, Tania González, Miguel Urbán y Estefanía Torres.

Un elenco diseñado "en despachos y desde Madrid", según los críticos, pero que en opinión del secretario general no hace más que adecuarse a lo acordado en Vista Alegre. Pese al 'levantamiento', Iglesias se mantiene en sus trece. Del 'programa, programa, programa' al 'estatutos, estatutos, estatutos'. Y lo cierto es que el acuerdo fundacional le respalda.

El secretario general del partido de los círculos defiende que la circunscripción única, que obliga a cualquier aspirante a competir contra la lista de Iglesias a escala nacional y no territorial, es la mejor y que coincide con el concepto que tienen en Podemos de lo que debe ser la reforma de la Ley Electoral, que ahora sobredimensiona el peso de las provincias menos pobladas. Sin embargo, los hay que no lo ven así.

El quién es quien de los críticos

Desde la otra orilla, los disidentes transitan la línea entre el peso de la legalidad imperante y la rebelión en forma de petición de referéndum interno, una posibilidad que quizás llegue un poco tarde teniendo en cuenta los plazos que marcan los estatutos y la proximidad de las generales. Si esperaban que Iglesias abriera la mano y acordara una lista con representantes por peso territorial y sensibilidad política, se equivocaban.

Por ello, el proceso se ha encontrado con una dura contestación interna: más de 7.000 personas y de 700 cargos han firmado una petición para que se someta a referéndum el procedimiento. Ninguno de los integrantes del sector crítico -en torno a las direcciones de Andalucía, Asturias, Navarra, parte de Madrid y Aragón, además de Anticapitalistas-, aparece en la lista de Iglesias.

En concreto, la petición la suscriben en un manifiesto al menos 33 de los 133 parlamentarios regionales, o lo que es lo mismo, un 25% de los cargos públicos que tiene oficialmente Podemos. Algunos con mucho peso político. Dos eran candidatas, Teresa Rodríguez (Andalucía) y Laura Pérez (Navarra), mientras que Xelo Huertas ha sido nombrada presidenta del Parlamento balear. A ellos hay que sumar dos eurodiputados y también siete de los 20 'junteros' que Podemos tiene en Álava, Guipúzcoa y Vizcaya -un 35%-.

Entre los discrepantes se encuentra también el único alcalde 100% de Podemos, el regidor de Cádiz, José María González, Kichi, a quien Iglesias fue a visitar primero en su ruta para conocer a los llamados por Podemos "alcaldes del cambio".

El sistema elegido, según denuncian los numerosos detractores, facilita que Iglesias complete con los miembros de su equipo todos los puestos de salida de las listas electorales al Congreso de los Diputados, aunque algunos de ellos se presenten por provincias con las que no tienen ninguna relación. El resto de plazas, con mínimas posibilidades de lograr el escaño, quedaría libre para los críticos u otros competidores.

En este sentido, desde Asturias no se lo va a poner nada fácil a Pablo Iglesias y ya han dado el primer paso serio. Desde el Principado han elaborado una lista por ahora de 50 asturianos para ganarle la batalla al líder nacional del partido que será presentada este mismo viernes.

Amenaza de escisión: Ahora en Común

Otro de los puntos que alimentan la rebelión es, sin duda, el 'problema' de la confluencia. El candidato de Izquierda Unida, Alberto Garzón, propuso a Iglesias la confección de una candidatura de unidad popular para concurrir a las elecciones con una lista abierta al estilo de las que triunfaron en Madrid o Barcelona. También la 'rebelde' socialista, Beatriz Talegón, hizo lo mismo. La respuesta del líder de Podemos ya es de sobra conocida. Negativa vehemente, defensa a ultranza de las siglas de su partido y ofrecimiento a integrar su lista declinado tanto por Garzón como por Talegón.

Por eso ha llegado lo inevitable. Este jueves, cargos intermedios de Podemos, IU, Equo y de candidaturas municipalistas firmaban un escrito en el que se adherían a una plataforma ciudadana por la confluencia para las generales inspirado en las experiencias de Ahora Madrid y los en Común (Barcelona en Comú, Zaragoza en Común, Ferrol en Común...).

"Ahora en común es una iniciativa ciudadana inspirada por la creencia de que el éxito está en la unión de la diversidad y que consecuentemente quiere crear espacios amplios en los cuales todas las personas y fuerzas políticas que apuestan por el cambio se sientan cómodas trabajando en común mediante un método inclusivo y democrático que garantice la pluralidad y la equidad en el proceso de elección de los candidatos y candidatas", afirma el manifiesto.

Ahora en Común cuenta con el apoyo de Diego Pacheco, del Consejo Ciudadano de la Comunidad de Madrid de Podemos; los concejales de Ahora Madrid Mauricio Valiente (IU) y Pablo Carmona (Ganemos), y el alcalde de Ferrol, Jorge Suárez (Ferrol en Común), de momento. Garzón y Beatriz Talegón ya han manifestado su simpatía por el incipiente movimiento, sin duda otra piedra en el camino de Iglesias a la Moncloa.

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