
El escándalo sobre el espionaje a miembros del PP catalán, destapado en 2013, ha dejado huella en el partido a escala nacional, especialmente en el presidente Mariano Rajoy.
No en vano la líder popular de esa región, Alicia Sánchez-Camacho, está segura de que el jefe del Ejecutivo también sufrió escuchas semejantes, en alguna de sus visitas a Cataluña, mientras estuvo en bares o restaurantes muy próximos a la sede del partido en Barcelona.
Por ello, el propio Rajoy ha decidido tomar medidas drásticas para evitar verse comprometido de nuevo y ahora, cuando va a Cataluña, su equipo de protocolo tiene orden de convocar reuniones solamente en hoteles o en la propia sede del PP.
En las últimas ocasiones en las que el presidente ha viajado a la Ciudad Condal, las garantías anti-espías que, al parecer, más le convencieron fueron las del Hotel Gran Marina.