El Gobierno ha tardado en pronunciarse claramente sobre la continuidad de la subvención de 400 euros a los cerca de 200.000 parados de larga duración que la han venido recibiendo durante seis meses tras haber agotado la prestación y los subsidios. |¿Debe Rajoy coger vacaciones?
Todo era incertidumbre y ambigüedad. Ahora, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, prepara un plan para su continuidad, que tropieza con las resistencias del ministro de Hacienda, remiso a gastar los cerca de 500 millones de euros que cuesta aproximadamente cada semestre. El portavoz Alonso también ha indicado que la ayuda proseguirá, si bien con posibles reformas que obliguen al parado a participar en un itinerario de reinserción laboral.
Los beneficiarios de este plan, creado por el entonces ministro Corbacho y que constaba la principio de seis mensualidades de 420 euros -reducidos ahora a 400-, son los desempleados que llevan más tiempo sin trabajo, que han agotado por completo el seguro de desempleo y cuyas rentas son inferiores al 75% del salario mínimo interprofesional.
Sensibilidad con los desaparecidos
En momentos críticos como los actuales, en que es preciso reducir drásticamente el gasto público para enderezar el rumbo de este país, es preciso tener una sensibilidad especial con los menos favorecidos, con los sectores sociales que están al borde de la pobreza extrema y que podrían caer en ella al menor error de cálculo. Por eso instrumentos como esta subvención y el llamado salario de integración de 300 euros que las comunidades autónomas conceden a quienes no tienen otra fuente de ingresos no pueden ser cuestionados si no se quiere encender la espoleta de un estallido social. Un estallido que no se producirá si alguien lo invoca con argumentos demagógicos pero que podría ser inevitable si se arroja a grupos sociales al pozo de la desesperación.
Entidades
Cristóbal Montoro
Exministro de Hacienda y Administraciones Públicas
Mociones en todo el país por 400 euros