Política

La España de Zapatero, ¿una "Suecia del Mediterráneo"?

Con el matrimonio entre homosexuales, los trámites rápidos de divorcio, las leyes de paridad de sexos y contra la violencia de género, el gobierno socialista español ha transformado el modelo de sociedad a un ritmo de vértigo en los últimos cuatro años.

Tantas reformas liberales, inimaginables durante la dictadura de Francisco Franco (1939-75) han llevado a algunos a describir el país como "la Suecia del Mediterráneo".

Al igual que el país escandinavo siempre se ha visto como ejemplo del liberalismo social, la mayoría de los españoles parece apreciar estas reformas a pesar de la feroz oposición de los obispos católicos.

Ante las elecciones legislativas del 9 de marzo, que quiere revalidar el presidente del gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, las encuestas dicen que los votantes están menos preocupados por estas políticas y más por la economía, el terrorismo y la inmigración.

"La mayor parte de la sociedad es profundamente liberal (...) no en un sentido económico; en un sentido más moral. Es cierto que habrá sectores a los que no les gusta", pero incluso muchos católicos practicantes "pueden entender que hay gente con formas de vida distinta a la suya", estima la profesora de ciencia política Ester García Sánchez, de la Universidad Carlos III de Madrid.

Un sondeo realizado cuando se adoptó la ley de matrimonios homosexuales, en 2005 --a ejemplo de Holanda y Bélgica--, mostraba que la mayoría de los españoles la apoyaba frente a las críticas de la iglesia Católica al respecto.

"Yo no creo que lleve a un estallido social, un gran enfrentamiento social entre dos formas de la familia o dos formas de España", ya que "la sociedad española es muy tolerante en general", estima García Sánchez.

Por su parte, el conservador Partido Popular (PP), que criticó duramente este ley en su momento, la ha dejado de lado para centrarse en la economía, aunque sin dejar de proclamar la defensa de la familia.

Su líder, Mariano Rajoy, ha prometido que no abolirá la ley, pero que le cambiará el nombre, ya que defiende que "matrimonio" sólo alude a dos personas de distinto sexo, y anulará la parte que autoriza a las parejas homosexuales a adoptar niños.

Un estudio reciente en España señalaba que Barcelona es actualmente el segundo destino más visitado por los gays después de Amsterdam.

Junto con las bodas, el gobierno ha flexibilizado los procesos de divorcio, tras lo cual éstos aumentaron un 74% en 2006, hasta los 126.952.

Otra ley estipula que al menos el 40% de las candidaturas de partidos políticos deben ser mujeres.

Zapatero ha dicho que transformará "la sociedad española a mejor, radicalmente y para siempre" para "hacer justicia a las mujeres".

Otro ejemplo de que España está decidida romper con el pasado es la ley de Memoria Histórica, que promovió el gobierno para resarcir a las víctimas de la Guerra Civil (1936-1939) y el Franquismo.

La ley contra la violencia de género, la asignatura de Educación para la Ciudadanía en las escuelas y otras medidas socioeconómicas como el "cheque bebé" de 2.500 euros para apoyar los nacimientos engrosan la lista de medidas sociales.

Si es reelegido, Zapatero ha prometido continuar su misión para "erradicar el sexismo, el acoso y la intolerancia" con una ley contra la discriminación, entre otras cosas.

"Estamos sentando las bases para ir aproximándonos al modelo sueco, pero estamos muy lejos", según García Sánchez.

"Ahora mismo, después de los estatutos que se han aprobaban esta legislatura, ésta es una España que se parece a la España real", define Livia Castillo Pascual, diputada socialista y miembro de la asociación de los derechos de homosexuales FELGTB.

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