
"El buen jugador de póker no es el que más botes gana, es el que gana más dinero". La frase de la leyenda Lou Krieger es tan lapidaria como cierta. El objetivo en el póker es ganar dinero. Cuanto más mejor. La cita del neoyorkino se completaría con esta otra cita, de la sabiduría popular: "El dinero cuesta mucho ganarlo y poco perderlo". Por eso, es igual de importante el dinero que no pierdes en una mala sesión como el que ganas en una buena.
En el póker cuenta la dinámica, la tendencia, el dinero obtenido en un número determinados de manos. Es más productivo ganar 100 en una hora que 200 en 3 horas ¿no? El póker resulta entretenido en todas y cada de sus vertientes, pero sólo alcanza su máximo esplendor en una modalidad: Texas Hold'Em No Limit, sin límites. A cara de perro.
En el póker sin límites cuentan, sin ningún género de dudas, todas las manos. Siempre que se decide jugar una no entra en juego una parte de tu dinero, entra todo tu stack. En el fascinante mundo del no limit nunca sabemos dónde va a acabar una jugada, en cada calle las cosas se pueden complicar, en cualquier momento algo se puede torcer y para ese preciso instante el bote será demasiado grande como para poder ser capaz de abandonarlo a su suerte.
En esta disciplina es importante comprobar siempre tu stack y el de tus contrincantes. No es lo mismo enfrentarnos a un tipo que cuadruplique nuestro stack que a uno al que se lo doblemos. Nuestro agresividad y rango de manos en liza variará, inevitablemente, en función del dinero del resto. Cuando juguemos en internet será fundamental, además, la selección de mesa. Buscar las mesas adecuadas en función del capital que disponen nuestros oponentes tiene más importancia de la que se cree.
La posición es capital. Jugar con posición nos dará la oportunidad de manipular los botes y mantener el control en caso de que nuestras cartas no sean las mejores. Siempre hay que tener en cuenta que en cualquier momento podemos perder todas nuestras fichas. Pero también duplicarlas.
¿Cómo jugar al tejano sin límites?
Nuestra prioridad debe ser tener parejas en mano, que a la postre nos darán los mejores resultados. Las parejas medianas y bajas son cartas con enorme potencial. En caso de alcanzar un set (trío) son implacables y nos harán ganar botes altos. En muchas ocasiones ese factor sorpresa conducirá a limpiar el stack total de tu contrincante. Eso no ocurre con tanta facilidad con jugadas del tipo AK o AQ, que son manos con mayor potencial en limit. Cuando jugamos sin esta red de protección, AK representa la posibilidad de lograr botes pequeños y perder botes muy grandes. Son manos que encaminan al all in.
Por eso, el factor sorpresa de las parejas es tan apreciado, porque están camufladas y su capacidad de daño es muy elevada. Es algo que también ocurre con conectores suited, del mismo color. Su capacidad de destrucción es máxima, aunque su poder quedará prácticamente inutilizado con un flop que no contribuya en su proyecto y deberán ser siempre sacrificadas.
Recuerda la enseñanza del viejo Krieger con la que arranca este artículo, "el buen jugador de póker no es el que más botes gana, es el que gana más dinero". En no limit es más cierto si cabe. Nuestro objetivo prioritario no es vencer en muchas manos, ni asestar pequeños golpes a nuestros rivales. El fin es asaltar la banca, llevarnos todo el stack del villano que se sienta a nuestro lado. De ahí que interpretar las cartas de tu oponente sea fundamental. En no limit se pueden obtener botes por dos cauces: porque has logrado conectar tu jugada, o porque nuestro contrincante no ha ligado la suya, el que nosotros lo hayamos hecho, en este segundo caso, es irrelevante.
La lectura de manos es un factor primordial, es más importante saber las cartas del villano que disponer de una gran jugada. Si sabemos dominar esto tenemos mucho ganado.
Como el sentido de nuestro juego es arrebatar el stack íntegro del enemigo, la paciencia debe de convertirse en nuestro principal aliado. Para multiplicar tu dinero hace falta la mano adecuada no muchas manos posibles. La mano adecuada puede llegar al cabo de unas pocas rondas o de cuatro horas de sesión. Nuestra forma de jugar no debe cambiar. Si jugamos dos buenas selecciones de manos en una sesión, su potencial de retorno de dinero es suficientemente satisfactorio.
Una vez asentados estos conceptos, conviene aprender a encontrar respuesta a estas preguntas, ¿Qué cartas tiene mi rival? ¿Qué jugada piensa mi adversario que yo tengo? ¿Qué piensa mi oponente acerca de lo que pienso que él posee? Parece claro que en el póker no limit importa más la mano del otro que la tuya propia.
Entendamos que en la versión sin límites del Hold'em es vital comprender cuáles son las odds, las probabilidades de alcanzar un proyecto y si nos compensa pagar por ver más cartas. Cuando seamos nosotros los que estemos subiendo el bote, hay que saber incrementarlo en la proporción adecuada para mantener a nuestros rivales dentro de la mano, pero con pocas odds para sus proyectos.
También es cierto que en No limit no tiene mucho sentido proteger las manos, robar botes o defender los blinds. Tampoco son verdades absolutas, pero recuerda que la finalidad en sí misma debería ser hacer que todas las fichas del villano acaben en tu poder. Por eso no hay que intentar expulsar a la gente de la mesa cuando seas poseedor de la mejor jugada, es mejor procurar sacar el máximo posible. En general, echar al resto de la mesa es mala estrategia y hacerles pagar por continuar es bueno, contemplando por supuesto sus odds y haciéndoselas pagar a un precio justo. Esto no quiere decir que siempre que procedamos de esta forma ganaremos, faltaría más ¡Esto es póker! Pero es la manera correcta de jugar, las leyes de la estadística y la probabilidad están de nuestro lado. Las matemáticas, en el largo plazo, no mienten y siempre nos harán salir victoriosos.