
La preocupación marca el inicio de la segunda parte de la campaña de cítricos. Los productores tienen la mirada puesta en una subida de precios que consideran coyuntural, provocada por la sequía y los efectos del clima; sumado al alza de las importaciones procedentes de países como Turquía o Egipto.
En concreto, las previsiones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) muestran que la cosecha de cítricos de la campaña 23-24, con 5,7 millones de toneladas, superará ligeramente los niveles de la anterior, pero seguirá lejos de la media de las últimas cinco temporadas.
Hablamos de unas 24.000 toneladas más que la campaña anterior, pero un millón por debajo de la media. Una caída, además, concentrada en el cultivo de naranjas. Se suma que estamos ante la cosecha más corta de los últimos 11 años, con la excepción de la campaña 22-23, según las previsiones de Agricultura.
Con media campaña ya a sus espaldas, los productores ponen el foco en los efectos del clima, con la sequía y las altas temperaturas como principales preocupaciones. Pero también en la reducción de la cosecha y el alza de las importaciones.
Incremento de precios
El inicio del año comenzó para el sector cítrico con un incremento de los precios en origen respecto a otros años, aunque en un porcentaje similar al de la pasada campaña.
Sin embargo, el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) en la comunidad valenciana y responsable de Cítricos de UPA, Ricardo Bayo, señala, en declaraciones recogidas por EFE, que los precios actuales responden a una situación cuyuntural, dada por los efectos de la sequía. El año climático ha sido un desastre, señalan. La falta de disponibilidad de agua ha tenido efectos negativos en los cultivos, lo que se traduce en una reducción de las cosechas.
Uno de los cultivos que más ha sufrido las consecuencias es la naranja, cuya producción está casi un 25% por debajo de la media, redundando en el descenso que ya se produjo el año pasado.
Los efectos del clima también se sienten en otros países competidores, como Marruecos, donde el calor extremo ha provocado una reducción de la producción. Este factor, sumado a la baja cosecha española, repercute en la subida de precios.
Aumento de las importaciones
Pero a pesar del descenso de la producción de cítricos marroquíes, otros mercados, como el de Turquía o el de Egipto, están abriéndose paso en los lineales españoles.
El sector se enfrenta ahora a una situación en la que tiene dificultades para salir al mercado, debido al ritmo lento de recolección en España; mientras que aumenta la presión por parte del producto turco o egipcio, que llegan a nuestro país con precios muy bajos, como destaca el secretario general de la organización agraria la Unió Llauradora, Carles Peris.
Además, desde la organización también señalan que, este año, la fruta que se está produciendo en España no alcanza el calibre óptimo comercial, ya que es hasta un 10% más pequeño de lo habitual, que sale al mercado a un precio inferior.