
Desde finales de finales de los años ochenta del pasado siglo el Gobierno vasco lleva aprobando los denominados 'Planes 3E', planes sobre la Estrategia Energética de Euskadi a largo plazo, que en esta ocasión fija su horizonte en 2030. Para ese año el objetivo fijado es que el 40 por ciento del sector transporte en Euskadi esté propulsado por sistemas alternativos a los derivados del petróleo, es decir, que sean vehículos eléctricos o propulsados a gas.
Para ello tiene previsto incentivar el desarrollo de redes de abastecimiento de ambos 'combustibles'. Asimismo, para 2030 espera que el 21 por ciento de la energía consumida por la industria y los hogares vascos proceda de fuentes renovables.
Más a largo plazo, en 2050, Euskadi quiere haber terminado totalmente con la dependencia del petróleo y derivados; y para 2100 haber terminado también con la dependencia del gas.
Desde ahora el Plan 3E 2030 destierra la tecnología 'fracking' para investigar, explorar o explotar yacimientos de gas. La consejera de Competitividad, Arantxa Tapia, dijo que se paralizan los proyectos de esta tecnologías, y sólo seguirán los de tecnologías convencionales.
4.930 millones de inversión
El Ejecutivo prevé que se movilicen inversiones públicas y privadas de 4.930 millones. Por áreas, destacan las inversiones a realizar en eficiencia energética (45%) y en renovables (50%). Las inversiones de la Administración vasca serían 920 M?.