País Vasco

'El momento de la financiación complementaria'

Marco Pineda, director general de Elkargi SGR

Que nos ha tocado vivir en un mundo incierto y cambiante, es ya una realidad incontestable; y que una adecuada gestión financiera es más importante que nunca para asegurar la viabilidad de cualquier proyecto empresarial.

Y es que conocer mejor el negocio, comprender cómo funciona el mercado y acertar en cada circunstancia con la solución financiera más adecuada, se han convertido en factores determinantes para la existencia y competitividad de cualquier empresa. Más aún, si ésta es una pyme.

Pero los financieros, ¿conocemos realmente el pool de soluciones que, en estos momentos, están a nuestro alcance en el terreno de la financiación? ¿Somos capaces de utilizar las lecciones que hemos aprendido a lo largo de la profunda crisis que hemos padecido? Y, sobre todo, ¿estamos preparados para el futuro?

No hay duda de que las respuestas a estas preguntas son tan variadas como los especialistas y profesionales que se las plantean, pero estoy seguro de que todos coincidiremos en señalar que, la función financiera en toda su dimensión, debe liderar los procesos de transformación del negocio del futuro. Y es que éste, y no otro, es el nuevo rol del director financiero o CFO, tras la crisis: dejar de contabilizar el pasado para, aprendiendo de él, proyectar, como empresa, ese futuro.

Si nos situásemos en la antesala de esta larga y profunda crisis que, todavía hoy, padecemos? ¿qué herramientas hubiésemos necesitado para mitigar sus efectos? Dicho de otra manera, ¿qué instrumentos financieros vamos a necesitar para afrontar con garantías de éxito la próxima crisis que, tarde o temprano, llegará? Y en todo caso, ¿qué herramientas financieras necesitamos para hacer frente al crecimiento de nuestro negocio?

Por de pronto, esta reciente crisis unida a un entorno económico desfavorable, ha provocado que las empresas con menor poder de negociación se hayan visto obligadas a buscar nuevas formas de financiarse. Situación especialmente palpable en el segmento de las pymes.

Es decir, esta crisis ha puesto de manifiesto un muy importante nivel de apalancamiento de las empresas en términos relativos, frente a su generación de caja. Lo que no ha hecho sino, por un lado, evidenciar las limitaciones intrínsecas de la financiación bancaria, y por otro, abrir la puerta, de par en par, a nuevas fórmulas financieras: ¡Bienvenidos a la financiación alternativa o complementaria!

Cuando hablamos de financiación alternativa tenemos que partir del hecho de que ésta, no tiene por qué sustituir a la bancaria. En la mayoría de los casos, puede ser complementaria y estar sustentada, en otros muchos casos, en fondos bancarios, aunque construida en forma diferente; financiación distinta a la tradicional, eso sí, a través de fuentes que cubran necesidades a las que no da respuesta el canal bancario tradicional. Fuentes que permitan optimizar las soluciones más adecuadas, construidas en base a unos atributos aprendidos con esta crisis que, además, en muchos casos acaban siendo más importantes que el coste mismo de la financiación: la diversificación de las propias fuentes financieras, la flexibilidad y la agilización de los procesos de acceso a dicha financiación. Fuentes, en las que pueden ser los inversores los que asumen el riesgo del crédito... En resumidas cuentas, la financiación alternativa intermedia las necesidades de inversión y de crédito, de inversores y de empresas.

Las ventajas que ofrece este 'nuevo mundo' que se está configurando, con nuevos actores que complementan a los actuales, van desde las arriba mencionadas o la capacidad de obtener plazos muy largos y llevar el negocio a realidades donde antes no se podía llegar, hasta obtener una mayor capacidad de negociación, poder apalancar más el balance y garantizar la deuda con otros elementos del activo, sin olvidar que, además, ofrece una flexibilidad absoluta.

Y por si fuera poco, el abanico de soluciones a nuestro alcance es muy amplio. Podemos crear nuestro 'traje financiero a medida'. No en vano, existen diferentes instrumentos de financiación alternativa, en función del origen de los fondos: desde el factoring, leasing o diversos préstamos ? con fondos bancarios no tradicionales- hasta las emisiones de deuda, el capital riesgo, capital semilla, crowdfunding, sales and lease back, fondos para adquisición de acciones por parte de los empleados o prívate placement, entre otros, ? cuyos fondos, mayoritariamente, provienen de fuentes alternativas a la financiación bancaria. Un mapa de alternativas en el que el CFO tendrá que saber encontrar su norte. Por de pronto, ya sabe que en Elkargi cuenta con un aliado para tal fin.

Europa ya está impulsando estas fórmulas cuando desde los organismos comunitarios se acepta que, mediante el crecimiento de la financiación alternativa, 'se podría limitar la ausencia de recursos financieros en una próxima crisis'. ¿Qué implica la llegada de Balisea III? Implementar la necesidad de mayor liquidez, capital y control del riesgo por parte de las entidades, lo cual, conlleva por otro lado, admitir la necesidad de una más que probable desintermediación bancaria y, por ende, una puesta en valor de la financiación alternativa. Mayor variedad de soluciones financieras, coincidente con el trabajo decidido de las instancias europeas por establecer mecanismos de protección al consumidor.

En resumidas cuentas, todo hace indicar que, a futuro, la financiación alternativa crecerá de forma relevante, sin que por ello, la figura de las entidades bancarias quede fuera del ecosistema financiero. Se producirán más fusiones, nuevas y sucesivas revoluciones digitales, que configurarán nuevas formas de hacer que, hasta ahora, eran inimaginables. Financiación bancaria y alternativa para un futuro lleno de soluciones complementarias.

Marco Pineda, director general de Elkargi SGR

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