
Todo el mundo coincide en que una de las grandes esperanzas para salir de la crisis es fomentar el emprendimiento, que surjan nuevas empresas que generen actividad y empleo. Pero no todas las nuevas empresas nacen preparadas para ello, como lo ha constatado el Instituto Vasco de Competitividad (Orkestra), dependiente de la Universidad de Deusto.
Al contrario, Orkestra en su Informe de Competitividad del País Vasco 2013 constata que las nuevas empresas creadas en los últimos años 'han respondido a un emprendimiento inclusivo, más orientado al autoempleo', especialmente en los sectores de comercio y atención al público. Por el contrario son pocas las 'innovadoras' capaces de suponer una diversificación del tejido productivo y de experimentar altos crecimientos que después se traduzcan en importante generación de empleo.
Orkestra alerta sobre el fenómeno denominado 'puerta giratoria', que implica que las nuevas empresas que entran en el mercado son las mismas que terminan saliendo de él en el corto plazo.
Los datos lo corroboran, más del 60 por ciento de las empresas creadas en Euskadi son 'negocios de autoempleo' creadas por personas físicas, que 'en su mayoría no introduce grandes novedades en el mercado, ni tienen carácter internacional, ni tampoco potencial de crecimiento'.
La OCDE define las empresas de alto crecimiento como aquellas que durante tres años consecutivos son capaces de crecer sustancialmente a una tasa anual de más del 20 por ciento. Además se constata que éstas empresas tienen una superior incidencia en las tasas de empleo. En este contexto en Euskadi en 2001 el empleo en empresas de alto crecimiento representó el 6,8 por ciento, para pasar en 2011 al 11,4 por ciento.
Priorizar la innovación
A raíz de éstas constataciones el informe de Orkestra sostiene que 'la simple creación de empresas no resuelve el problema del desempleo', por lo que recomienda a las administraciones públicas que no sólo continúen en su dinámica de dotar de mayores recursos a los programas de emprendimiento, sino que deben 'repensar las políticas' para fomentar el surgimiento de iniciativas innovadoras y también para ayudar a aumentar el tamaño de las nuevas empresas.
Esto podría hacerse a través del diseño de estrategias que permitan distinguir entre el emprendimiento inclusivo (autoempleo) y el emprendimiento innovador, así como diferenciar las diferentes etapas de la vida empresarial, para respaldar también la las nuevas empresas que inician su dase de consolidación y crecimiento.
Desde otro planteamiento, Orkestra también constata la multitud de instituciones con programas de apoyo al emprendimiento, por lo que aboga por que el diseño de los programas debe implicar 'un esfuerzo de coordinación y eficiencia', al tiempo que reconocen que estos suponen una 'tarea ardua y delicada dada la naturaleza multidimensional del emprendimiento'.
Valor social del emprendedor
El aspecto cultural también es importante para Orkestra, que considera que es necesario continuar con las actividades de sensibilización que favorezcan la cultura emprendedora y un menor miedo a asumir riesgos y al fracaso.
También abogan por fomentar socialmente 'que sea mayor el estatus social derivado del éxito emprendedor'.