La guerra por la 'delicatesen' de las patas de pollo para China se dirime en el juzgado

La empresa vizcaína Outro Polo y la cooperativa orensana Coren se verán las caras durante el día de hoy en los juzgados de Ourense en la vista oral por el litigio que mantienen por un negocio de exportación de patas de pollo a China. La compañía vasca reclama a la gallega una indemnización de 7 millones de euros.

El producto base del conflicto judicial son las patas de pollo (la parte final, no los muslos), cuya comercialización no se permite en la mayoría de los países de Europa, pero que en China es un producto muy demandado.

Frente a un subproducto sobre el que la legislación española se exige su eliminación, con los subsiguientes costes para los mataderos de aves, Outro Polo se dedicó a procesarlas y exportarlas congeladas a los mercados asiáticos, especialmente China, donde son muy demandadas y consideradas 'delicatesen'.

Outro Polo acusa a Coren de competencia desleal a raíz 2010 tras la ruptura del acuerdo que inicialmente tenían ambas firmas, al apropiarse de su idea, su tecnología y su mercado. Las previsiones de negocio de Outro Polo para 2011 apuntaban a una facturación de 1,4 millones, que serían crecientes en ejercicios posteriores.

Los 7 millones de indemnización que reclama Outro Polo se fundamentan en la previsión de ingresos que esperaba en el pazo de cuatro años. La empresa vasca estima que se ha producido la destrucción completa de un negocio pionero y que ha perdido la inversión realizada en la maquinaria de tratamiento de las patas.

De aliados a enemigos

La pyme Outro Polo, S.A, se constituyó en Bilbao en 2006, con una plantilla de tres personas para centrar su actividad en la comercialización de carne avícola. En aquel año suscribió un contrato con la cooperativa gallega Coren, que poseía la mayor planta procesadora de pollos de España, para poner en marcha una iniciativa de exportación de patas de pollo, con una previsión de 200 toneladas mensuales.

Según el relato de Outro Polo, tanto ella como y Coren estudiaron la posibilidad de constituir una empresa conjunta para el negocio de las patas de pollo, pero finalmente Coren desistió, aunque accedió a mantener la colaboración si no le suponía coste alguno y si se ahorraba el sobrecoste de la destrucción de las patas.

Por ello, Outro Polo decidió seguir adelante y asumir en solitario la inversión en maquinaria, gastos de comercialización, logística, etc. Los gastos realizados rondaron los 250.000 euros. Así Outro Polo adquirió a la firma danesa Linco Foods maquinaria industrial a medida, equipos que se instalaron en las instalaciones Coren para posibilitar un proceso integrado y ahorrar costes de logística.

De forma paralela, Coren obtuvo ayudas de la Xunta de Galicia para financiar la construcción del pabellón donde se instalarían los equipos productivos. De esta forma, Outro Polo se instaló dentro de las instalaciones de Coren, sistema de colaboración empresarial que se suele realizar en el sector de automoción.

Las relaciones entre Outro Polo y Coren funcionaron a la perfección durante los tres primeros años de actividad, en que los volúmenes de facturación eran claramente crecientes hasta alcanzar 1,3 millones en 2009.

Pero en 2010 la pujanza del negocio generando tensiones entre los socios y Outro Polo acusa a Coren de romper unilateralmente el contrato, quedarse con la maquinaria y la tecnología desarrollada por la empresa vasca y proceder a vender directamente a los clientes chinos.

Patas de Pollo o Garras de Fénix (fenghuang)

Las patas de pollo son un producto muy solicitado en China, cuyas importaciones anuales rondan los 1.000 millones de dólares, procedentes en su mayoría de Latinoamérica, según datos facilitados desde Outro Polo.

Por lo general, se consumen como aperitivo, para acompañar el consumo de alcohol. Su preparación es algo laboriosa, se fríen, se maceran en salsa de soja condimentada, para después volverse a freír.

Los chinos atribuyen a las patas de pollo propiedades beneficiosas para la circulación sanguínea por su concentración en calcio y para la piel por su contenido en colágeno.

El consumo de éstas patas se da más en el sur de Asia, con casos como el de Taiwan en que se consumen una media de 20 patas de pollo por persona y año.

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