País Vasco

La economía social y el síndrome del niño maltratado

Las entidades financieras han endurecido sus requisitos a la hora de conceder crédito a empresas y particulares. La lógica aplastante indica además que aquellos sectores de la economía que soportan un mayor riesgo deben ser los más afectados en este sentido.

La economía social aglutina a fundaciones, asociaciones, cofradías, cooperativas, sociedades laborales que suponen 2,37 de millones de empleo en el estado. Estas organizaciones han creado en muchas ocasiones mecanismos de reparto de beneficios para facilitar el desarrollo conjunto y atajar situaciones complicadas de forma común, medidas de flexibilidad laboral, mayor implicación del personal, mayor innovación, responsabilidad social empresarial incorporada en sus principios más básicos ?etc.. Durante los años de bonanza estas empresas han huido de la economía especulativa y se han centrado en la economía real, lo que hace que en estos momentos gocen de una buena salud.

Sin embargo el desconocimiento por parte de la banca y del mundo financiero en general de las empresas de Economía Social genera una percepción de riesgo en un sector que a pesar de la crisis sigue creando empleo y que muestra como uno de los más estables a medio plazo y con grandes perspectivas de futuro. Las empresas de la economía social por ello deben de soportar en muchas ocasiones el rechazo o el pago de primas de riesgo que no son acordes con su situación real en la economía ni con la marcha habitual de su negocio lo que en muchos, en especial en los más pequeños viene a general el 'síndrome el niño maltratado'.

La conclusión es clara el miedo a lo desconocido y las empresas de la economía social son en muchos casos desconocidas por la banca genera injusticias en empresas que han hecho y siguen haciendo bien sus deberes.

Dionisio Txaparro, director comercial de Oinarri SGR

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