
A falta de uno dos fueron los planes estratégicos que ha presentado Tubos Reunidos a su junta de accionistas celebrada hoy en su sede de Amurrio (Alava). El primero, con el horizonte 2014, implica centrarse en el negocio de los tubos de acero en busca de una mayor rentabilidad y vender todas sus filiales de diversificación; y el segundo, con el horizonte 2016, buscar un aliado con el que adquirir tamaño, dimensión, necesaria para competir en los mercados globales.
Su presidente, Pedro Abásolo, explicó que el primer plan responde a la estrategia de negocio, mientras que el segundo surge de la necesidad de 'definir cuál es el tamaño que ha de tener Tubos Reunidos para mantener su posición futura' en competitividad y rentabilidad. Ante este escenario, Abásolo no descarta ninguna alternativa en alianzas, aunque su planteamiento de partida es la búsqueda de un aliado, de un socio, no de un comprador. Analizarán tanto posibilidades con grupos internacionales, como con grupos que no sean de su sector y que fueran complementarios, como pudieran ser una gran ingeniería.
Los planes industriales a 2014 se focalizan en orientar las dos fábricas de tubos, la de Tubos Reunidos Industrial (Alava) y Productos Tubulares (Vizcaya), a la producción de tubos de acero de alto valor añadido, grandes dimensiones y con fuerte penetración en el mercado energético. De forma paralela saldrán de sus negocios de diversificación (distribución, componentes automoción, tubos de plástico) que ponen a la venta.
Las variables económicas de este plan, que toma como base el ejercicio 2010, son que para 2014, fijan un crecimiento de ventas de más del 70% en tubos sin soldadura; un margen de recursos (ebitda) superior al 20% y reducir el endeudamiento. Por el lado inversor, destinarán este año 30 millones a seguir adaptando sus dos fábricas a las exigencias técnicas de los tubos de mayor dimensión y de mayor innovación.
Asimismo, Abasolo quiere intensificar más su internacionalización (que ahora ronda el 80% de su producción) y aumentar la penetración comercial en los mercados de México, Brasil, Africa y Europa del Este. En 2014, los países emergentes deberán aportar más del 10% de las ventas totales, tendencia que se cumpliría si como en el primer trimestre de 2011 se consolidan la entrada de pedidos que se están produciendo desde éstas zonas.
En cartera de trabajo, tras dos años duros y de aplicación de ERE´s temporales, ahora las dos fábricas que tiene en el País Vasco están al cien por cien de su capacidad productiva. Además, el grupo está empeñado en reducir su endeudamiento financiero, que lo hará con la venta de las fililes, la generación de nuevos y reducción de costes (gestión compras, costes laborales, optimización de consumos)
Cartel de 'en venta'
La estrategia industrial de Tubos Reunidos supone una vuelta a la esencia, al negocio de tubos de acero, lo que implica la salida de los otros negocios: distribución siderometalúrgica (Almesa); componentes de automoción (Inauxa); tubos de plástico (TR Lentz), etc. Hasta el momento la decisión firme de venta es la de Almesa, mientras que las otras se irán ejecutando progresivamente medida que se vayan cumpliendo hitos y abriendo negociaciones.
Precisamente la próxima venta de Almesa, que esperan poder realizarla dentro del ejercicio 2011, castigó las cuentas del grupo de 2010 en que hubieron de provisionar 25,8 millones para clasificarlo como 'actividades no continuadas', lo que les llevó a contabilizar unas pérdidas consolidadas de 14,2 millones.
La compañía señala que excluyendo el negocio de la distribución el grupo habría obtenido en 2010 un resultado neto de actividades continuadas de 14,6 millones frente a los 12,1 millones de 2009, por lo que califican el balance del año como 'bueno' y auguran unos resultados para 2011 que retornarán a la senda del beneficio, por lo que recuperarán el reparto de dividendos tras dos años de sequía.
Bodas interrumpidas
Esta no es la primera vez que Tubos Reunidos trata de establecer lazos matrimoniales para crecer, sin que finalmente llegasen a consolidarse los proyectos.
Entre 2007 y 2008 a punto estuvo de fusionarse, mediante una absorción, con el también tubero alavés Condesa (Conducciones y Derivados SA). Aquella operación planteaba la consolidación de un gran grupo, con una facturación cercana a los 1.600 millones, con 18 fábricas repartidas por Europa y Marruecos, una producción anual de unos dos millones de toneladas y una plantilla de 4.130 personas.
La culpable de la ruptura fue la crisis inmobiliaria y financiera, que a finales de 2008 castigó duramente a Condesa devaluando extraordinariamente sus activos porque su producción estaba muy vinculada al sector de construcción.
Previamente, a principios de los años noventa del siglo pasado, fueron numerosas las ocasiones en que se especuló con una fusión entre Tubos Reunidos y su vecino alavés Tubacex, que también cotiza en bolsa. En aquellos años ambas empresas se vieron afectadas por la fuerte crisis del sector siderometalúrgico vasco que estaba en plena reconversión. A pesar de los constantes rumores y del interés de la Administración vasca de crear un único grupo tubero, los contactos entre las dos compañías no llegaron a avanzar demasiado.