
Basque Culinary Center (BCC), la universidad vasca de las Ciencias gastronómicas, celebra su décimo aniversario en un año en el que todo ha cambiado ya y para siempre en la educación culinaria debido a la pandemia. Por esta razón, inicia su plan estratégico 2021-2024 en el que redoblará la apuesta por la innovación y por el talento emprendedor, impulsando startups para generar valor en el sector de la gastronomía.
Hasta su nacimiento en 2011 no existía un centro universitario ni en el ámbito nacional ni en el europeo en este arte de los fogones y en tan solo una década goza de un reconocimiento internacional.
Nueva cocina vasca
"El origen de BCC está en la inquietud de los cocineros pioneros de la nueva cocina vasca como Subijana, Arzak, Berasategi, Aduriz, etc. por impulsar una escuela. Había un sector con gran potencial y necesitaba formación", explica Jose Mari Aizega, director del BCC. "En 2007 se acercaron a Mondragon Unibertsitatea, donde era vicerrector y creamos el proyecto".
Durante 10 años, BCC ha formado nuevos perfiles y polivalentes, con una formación científica, cultural, de gestión empresarial y culinaria. "Ahora tenemos 10 másters y multitud de cursos en cocina, pastelería, vino, gestión, periodismo y comunicación gastronómica, etc. Hemos introducido el hábito de la formación continua y el desarrollo profesional a otro nivel", asegura Aizega.
Tras la creación de grado en 2011, llegó en 2018 el centro tecnológico en gastronomía BCC Innovation y en 2019 Labe-Digital Gastronomy Lab, un espacio para impulsar la digitalización y repensar y co-crear la gastronomía. "Por estas razones, destaca internacionalmente Euskadi, en un territorio tan pequeño esa concentración de estrellas Michelin, la cultura del pintxo, restaurantes tradicionales, la importancia del producto y de los productores, el txakoli con auge internacional y formación universitaria para el sector", detalla el director de BCC.
Y ese reconocimiento se refleja en los 600 estudiantes de jornada completa, grado y másters, de más de 30 países del mundo, y unas 2.000 personas al año en los cursos.
La pandemia ha obligado a BCC a abordar su transformación digital, ya que el anterior curso tuvo que ser 100% online. Para este año, la facultad rediseñó su modelo educativo, con una formación híbrida pero con mayor peso online y con un desarrollo de competencias personales de los estudiantes, su capacidad de adaptación e innovación, trabajo en equipo, etc. "Este rediseño refuerza la formación y las competencias de los líderes gastronómicos del futuro", afirma Aizega.
Transformación del sector
Además, BCC pone en marcha el nuevo plan para abordar la transformación del sector que pasa por la digitalización; la innovación en áreas de conocimiento y formas de hacer; la promoción del talento joven; el desarrollo sostenible desde una perspectiva de Gastronomía 360º; la internacionalización de actividades formativas, de I+D y emprendimiento, entre otros.
En este escenario se quiere generar un ecosistema de referencia internacional para la atracción y el desarrollo de talento emprendedor y startups a través de GOe (Gastronomy Open Ecosystem).
El proyecto está enmarcado en la iniciativa The Food Global Ecosystem, promovida por el Gobierno vasco y un consorcio de 60 empresas. "Se trata de una propuesta única, como lo fue el Basque Culinary Center hace 10 años, que servirá de catalizador en proyectos innovadores, formación avanzada y un revulsivo para poner el ecosistema gastronómico vasco en la vanguardia global", apunta el director de BCC.
"En GOe se dará forma colaborativa y multisectorial a mucho de los grandes retos del sector alimentario, servirá para crear y escalar proyectos de emprendedores y para desarrollar de forma más eficiente a productos y futuros spin offs".
Respecto de los principales retos del sector, Jose Mari Aizega insiste en la digitalización e incorporación de herramientas digitales para una mejor gestión empresarial, el desafío del desarrollo sostenible, apuesta por el producto local, el entorno, el territorio, la sostenibilidad. "Además, el mundo de la industria alimentaria tiene que afrontar los cambios de hábitos, en clave de sostenibilidad y en la salud".
Precisamente, en BCC Innovation las líneas de investigación son comida saludable, comida sostenible y sensorial o comida deliciosa.
Una actividad de 24,4 millones
En un escenario en el que la importancia de la gastronomía se ha globalizado y diversificado con diferentes experiencias, el BCC genera una actividad económica en el entorno de 24,4 millones, según el último estudio realizado en 2018, con una aportación al PIB de 13,4 millones y un retorno fiscal que alcanza los 4,3 millones de euros anuales. "En empleo, BCC supone 130 personas más hasta 140 expertos que imparten clases o colaboran en nuestros proyectos", comenta Aizega.