País Vasco

Retos del presente para la economía futura

  • Eduardo Zubiaurre, presidente de Confebask
Eduardo Zubiaurre, presidente de Confebask. DOMI ALONSO
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La crisis generada por la pandemia comenzará a resolverse cuando la confianza vuelva a las empresas y a las familias. Mientras tanto, toca resistir, preservar el mayor número posible de empresas y empleos, y esperar a que la vacunación surta efecto a medio plazo. Ahora es necesario hallar un equilibrio entra la contención del Covid con el mantenimiento de la mayor actividad posible.

Las grandes cifras económicas indican que la economía vasca, por ahora, y en términos generales, resiste dentro de la gravedad. Sin embargo, quedan por verificar los efectos de la segunda ola. Asimismo, habrá que esperar meses hasta comprobar la capacidad real de las empresas para recuperar la actividad perdida –que ha sido mucha– y mantener el empleo. Todo eso con la ayuda de unos avales para unos préstamos de urgencia que habrá que devolver, y con los ERTEs de fuerza mayor que, esperemos se prolonguen hasta el verano.

Hasta ahora, la evolución de los distintos sectores es muy heterogénea. A las dificultades de hostelería, turismo o comercio, se añade una importante afectación para grupos relevantes de nuestra industria, como el aeronáutico, petróleo y sus derivados, el acero o la máquina herramienta, entre otros. Por el contrario, automoción, energías renovables o el biotecnológico funcionan con cierto vigor. En lo que sí coinciden todos es en la escasa visibilidad sobre la evolución de sus negocios a corto plazo.

No es tiempo, sin embargo, de quedarse a la espera. Todo lo contrario. Como país y como empresas debemos ser proactivos en promover una salida de la crisis –que la habrá– que facilite una profunda transformación competitiva, con una economía vasca internacionalizada, digital y sostenible. Ése es nuestro reto actual.

Vivimos un momento de crisis, pero también de oportunidades. Si remamos todos en la misma dirección, podremos salir de esta crisis como hemos salido de otras. En Euskadi tenemos un buen punto de partida: unas finanzas públicas saneadas, una estabilidad institucional como no hemos visto en años, y –cómo no- el acuerdo alcanzado en Europa, histórico por el consenso en sí, y por la cantidad de dinero movilizado para proyectos renovadores. Es ahí donde debemos trabajar por atraer inversiones. En Confebask trabajamos para que esas subvenciones permitan a la empresa vasca dar ese gran salto competitivo.

Es una oportunidad sin precedentes para salir, a pesar de todo, reforzados de esta crisis. En nuestra mano está acertar y lograr ese gran consenso, para lo que habrá que dialogar entre todos los agentes sociales e institucionales. Siempre hemos defendido la necesidad de articular grandes acuerdos colectivos, y más, cuando se trata de un asunto tan estratégico para el país. Así que, como siempre, estamos preparados para los retos que nos aguardan.

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