
El Gobierno Vasco ha presentado su política de reducción del endeudamiento, que se prevé alcance los 597 millones de euros al final de 2019. Con esta operación, la deuda se situará en 9.444 millones de euros, lo que supone un 12,3% del PIB. Euskadi se convierte en la comunidad menos endeudada del Estado
La normativa de estabilidad presupuestaria permite a Euskadi endeudarse en 2019 hasta el 13,8%, por lo que las cuentas públicas vascas se encuentran aproximadamente 1.000 millones de euros por debajo de la deuda permitida. La previsión que hace el Gobierno Vasco para 2020, es poder rebajarla hasta los 9.291 millones de euros.
Euskadi se convierte así en la Comunidad menos endeudada del Estado, lo que mejora la valoración de su solvencia por parte de las agencias de calificación y le permite un mejor acceso a los mercados en términos de coste y diversificación de inversores.
Presupuesto y coyuntura
Según señalan desde el Ejecutivo vasco, esto ha sido posible debido a la estrategia de consolidación fiscal y adecuación del presupuesto a la coyuntura, defendida desde el inicio de la legislatura, conscientes de que durante los años de la crisis ha sido necesario recurrir a más deuda, pero también de que es necesario ir saneando las cuentas públicas en épocas de mayores recursos.
"Hemos dado la vuelta a la situación- ha manifestado el consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu- Ahora contamos con recursos suficientes para ir cancelando la deuda y reducir nuestra hipoteca". En opinión del consejero Azpiazu, eliminar la deuda es una "inversión a futuro" porque mejora las posibilidades de respuesta ante posibles escenarios económicos más complicados.
La amortización de los 597 millones de euros se compone de una parte de amortización normal prevista en 2019 que es de 124 millones de euros, y de una amortización anticipada de 473 millones euros (265,8 con la compra de emisiones y 207,2 de amortización anticipada de préstamos).
Además de mantener una situación financiera más saneada, el hecho de presentar superávit en las cuentas públicas permite que el Gobierno Vasco pueda realizar Inversiones Financieramente Sostenibles -IFS-, que no computan en la regla de gasto y suponen un importante impulso a la inversión pública. En 2018 la cuantía que se destinó a las IFS fue de 54 millones de euros, y en 2019 será cercana a los 100 millones de euros, incrementándose un 15% el esfuerzo inversor del ejecutivo.
Informe trimestral economía vasca
El Departamento de Hacienda y Economía ha publicado el Informe Trimestral de la Economía Vasca, correspondiente al segundo trimestre de 2019, en el que creció un 2,2%, la misma tasa que en el trimestre anterior. Esto pone fin, al menos de momento, al proceso de desaceleración vivido en los últimos trimestres.
En comparación con los países del entorno, el incremento de la economía vasca es significativamente mayor que el de la zona del euro (1,2%), el de la Unión Europea (1,4%) y los correspondientes a Alemania (0,4%), Francia (1,4%) y el Reino Unido (1,2%). Además, es similar al obtenido por España en el mismo periodo (2,0%).
La revisión de las cuentas trimestrales del Eustat y la actualización de las hipótesis sobre el entorno, han llevado al Gobierno Vasco a situar de nuevo el incremento del PIB vasco en el 2,2% para el conjunto de 2019, únicamente una décima menor al escenario previo. Para 2020, se mantiene la previsión en el 2,0%. Estas previsiones han sido avaladas la semana pasada por la AIREF, siendo calificadas de "prudentes" por aportar un escenario de confianza.
En ambos años, la demanda interna será el motor de la economía vasca, con una aportación del saldo exterior que será ligeramente negativa. Tanto el consumo privado como la inversión perderán algo de intensidad a medida que transcurran los trimestres. Por otro lado, la industria irá superando las dificultades actuales, pero sin recuperar el intenso ritmo de los años anteriores. La construcción mostrará un fuerte dinamismo, al tiempo que los servicios seguirán creciendo por encima de la media.
Cambio de signo en el saldo exterior
Una de las características más relevantes del periodo es el cambio de signo protagonizado por el saldo exterior, que ha pasado a realizar una aportación ligeramente positiva al PIB, gracias a una favorable evolución tanto de las importaciones (2,6%) como, especialmente, de las exportaciones (2,8%).
En un contexto que perjudica a las relaciones internacionales, por factores como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, las amenazas de subida de aranceles a productos europeos y la falta de acuerdo sobre el Brexit, entre otros.
El mercado laboral mantuvo un tono favorable en el segundo trimestre, con un aumento del empleo del 1,7%, tan solo una décima por debajo del dato anterior. El incremento interanual es de algo más de 16.000 puestos de trabajo a tiempo completo, que se concentran muy especialmente en los servicios (1,8%), teniendo la industria (0,9%) y la construcción (3,3%) también un papel destacado.