Opinión

Gemelos digitales: avanzando hacia una gestión inteligente de las emergencias

Jordi Rovira

Olas de calor sin precedentes, ciberataques, danas, escasez de personal o epidemias: las emergencias complejas son cada vez más frecuentes y difíciles de gestionar. En este escenario de alta exigencia, las instituciones se enfrentan a un reto urgente: mejorar su capacidad de anticipación y respuesta.

En España, la gestión de situaciones de emergencia complejas ha evidenciado tradicionalmente ciertas carencias, tanto en la preparación como en la coordinación efectiva entre los distintos cuerpos del Estado. Hasta hace relativamente poco, las respuestas a menudo se veían limitadas por la falta de protocolos actualizados y de herramientas que facilitaran la colaboración en tiempo real entre fuerzas de seguridad, servicios sanitarios y equipos de protección civil.

Sin embargo, la innovación podría alzarse como la herramienta clave para una gestión inteligente y eficiente de las emergencias. En concreto, existe una tecnología que parece hecha a medida para estos momentos de riesgo: los gemelos digitales. Una réplica virtual y dinámica que alimentada por datos en tiempo real —proporcionados por sensores e inteligencia artificial—, permiten simular escenarios, anticipar problemas y tomar decisiones basadas en evidencias antes incluso de que la realidad los ponga a prueba.

Para los equipos de intervención —desde médicos hasta bomberos o cuerpos policiales—, contar con un gemelo digital significa disponer de una brújula precisa en mitad del caos. Saber dónde están los recursos, cómo evoluciona la situación en tiempo real y qué zonas requieren atención inmediata puede marcar la diferencia entre el éxito y el colapso operativo.

Llevado al terreno y en el caso concreto de las emergencias climáticas, los gemelos digitales pueden recrear el comportamiento de sistemas urbanos frente a lluvias torrenciales o picos de calor, permitiendo a los responsables públicos visualizar de forma anticipada qué zonas corren más riesgo de inundación o sobrecarga energética. Con esta información, es posible movilizar recursos, ajustar infraestructuras y establecer rutas de evacuación o puntos de apoyo con una precisión inédita hasta ahora.

Más allá del clima, en momentos críticos como las vacaciones de verano en la que nos encontramos —cuando las infraestructuras sanitarias, energéticas y de transporte se ven sometidas a una presión extra—, los gemelos digitales se convierten en aliados insustituibles. Al anticipar sobrecargas o cuellos de botella, no solo facilitan una reacción más ágil, sino que brindan la oportunidad de prevenir los propios incidentes.

Y es que la tecnología de los gemelos digitales representa esa promesa cumplida: Europa, con su tejido innovador y visión estratégica, tiene ahora la oportunidad de liderar esta transformación, la de pasar de la reacción tardía a la prevención inteligente. La resiliencia del mañana se construye hoy, con datos, tecnología y decisión.

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