Opinión

Las serpientes del verano y el vuelo directo a Estados Unidos desde la 'terreta'

Un avión aterrizando en Valencia.

Cada viaje institucional de alguna autoridad valenciana al otro lado del charco sirve para revivir una reivindicación que tiene más de anhelo y deseo que visos de realidad tras años y años repitiéndose la misma cantinela, con cantantes de distinto color político.

Lograr una conexión directa por avión entre Estados Unidos y tierras valencianas ese a asemeja a lo que antiguamente en la época de los periódicos de papel se denominaban serpientes de verano: aquellos temas que con la llegada del calor y la época estival florecían con inusitada fuerza para quedarse en nada y desaparecer con la misma rapidez.

En el caso valenciano, durante años el tema recurrente que surgía crecer al calor era la recurrente fusión de las cajas valencianas, Bancaja y CAM, un eterno tira y afloja que acabó en tablas: las dos desaparecieron en una debacle que algunos simbólicamente han llegado a comparar con la batalla de Almansa.

Esta claro que tener un vuelo intercontinental directo entre Valencia o Alicante y Estados Unidos está muy lejos de un impacto similar, pero precisamente por ello no deja de ser chocante la insistencia de presidentes de la Generalitat, consellers y alcaldes en presumir de esfuerzos desde hace más de una década en algo que no se materializa.

Y más cuando, entre tanto, otras ciudades españolas ya disponen de esos vuelos sin hacer tanto ruido. No sólo Madrid y Barcelona, o Málaga y Palma de Mallorca, cuyos aeropuertos por tráfico aéreo están por delante de Alicante y Valencia. Es que Tenerife y Bilbao, ésta último este mismo año gracias a la compañía United, cuentan con conexiones directas con ciudades estadounidenses mientras aquí cada vez que alguna autoridad visita Nueva York vuelve a hablar de recuperar el vuelo que Delta Airlines operó ya hace más de una década, entre 2019 y 2012.

Y si el modelo es similar al del aeropuerto de Castellón, en que las arcas autonómicas subvencionan con millones de euros los vuelos, incluido el que conecta con Madrid pese a tener trenes de alta velocidad, no parece asumible para un Gobierno autonómico que ahora mismo tiene serios problemas para pagar sus facturas. Ford, antes que ella IBM o más recientemente Edwards Lifesciences, han demostrado que no se necesita un avión puerta a puerta para atraer cientos de millones de dólares.

Igual que además de poner atención en las incidencias de los trenes a alta velocidad con Madrid sería interesante poner hincapié en los problemas diarios de los Cercanías que usan miles de ciudadanos todos los días y su impacto en cuestiones como horas de trabajo pérdidas ahora que todos reconocen que el absentismo es un problema de primera magnitud o saturación del transporte privado.

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