
El incremento del Salario Mínimo (SMI) del 61% en solo seis años no solo afecta a la productividad de las empresas y a su capacidad para crear empleo, ya que incrementa los costes laborales. También altera la distribución salarial de los nuevos convenios colectivos. Así lo indica Eurofound, el órgano de la UE en el que están representados los agentes sociales, al asegurar que las alzas de esta retribución fuerzan a las empresas a elevar los pluses en los nuevos convenios. Una medida a la que los negocios se ven obligados ante el hecho de que el SMI ya se encuentra en algunos sectores casi al nivel del sueldo base. Este dato refleja que las subidas que ha experimentado la retribución desde la llegada de Sánchez a Moncloa son desmedidas.