
El mundo empresarial está en un constante cambio, algo que se ha hecho aún más tangible en los últimos años. Las nuevas dinámicas laborales, la digitalización acelerada y una renovada conciencia sobre la eficiencia operativa y la sostenibilidad están redefiniendo las prioridades de las organizaciones, no solo en sus estrategias de negocio, sino también en cómo gestionan la movilidad de sus equipos.
Un 50% de las compañías ya utiliza soluciones tecnológicas para la gestión de su movilidad terrestre, un dato muy llamativo que adelantamos del próximo estudio que publicará Uber para Empresas. Pero, en paralelo a esto, un 68% de las compañías está considerando implementarlas próximamente. Este crecimiento sostenido refleja una intención clara por parte del sector empresarial: adoptar herramientas que no solo faciliten la operación diaria, sino que también aporten valor estratégico.
La movilidad, en este nuevo contexto, ha dejado de ser solo una necesidad logística. Se ha convertido en un componente clave de la experiencia del empleado y de la propuesta de valor de las compañías hacia sus equipos. De hecho, el mismo estudio revela que los tres factores más valorados por los viajeros de negocios al momento de desplazarse son la seguridad (76,81%), la disponibilidad y rapidez de respuesta (72,46%) y la facilidad de pago (65,22%). Estas prioridades indican claramente que la eficiencia y la tranquilidad son elementos indispensables en la movilidad corporativa actual.
Hoy en día, las empresas buscan soluciones que puedan adaptarse rápidamente a sus necesidades cambiantes, que ofrezcan visibilidad y control sobre los desplazamientos, y que al mismo tiempo proporcionen una experiencia cómoda y segura para sus empleados. La flexibilidad, la trazabilidad de los trayectos y la integración de sistemas de pago simplificados ya no son un lujo, sino una expectativa básica.
Por otro lado, la sostenibilidad también está ganando terreno en la toma de decisiones. Esta tendencia, aunque aún incipiente en términos generales, nos habla de una conciencia creciente en torno a la responsabilidad ambiental de las organizaciones, que seguirá en ascenso en los próximos años, teniendo en cuenta que con la Directiva CSRD muchas empresas tienen que reportar, ya este año, un informe de sostenibilidad a la UE.
Asimismo, factores como el perfil del conductor o el tipo de vehículo, aunque menos determinantes en comparación con la seguridad y la disponibilidad, también han de tenerse en cuenta. La atención al detalle, la personalización del servicio y la transparencia en la información son elementos que contribuyen a una experiencia más completa y satisfactoria para quienes se desplazan por trabajo.
Y es que cada vez más organizaciones están integrando este tipo de soluciones en sus operaciones diarias. No se trata solo de optimizar gastos o tiempos, sino de transformar la movilidad en una extensión de la cultura organizacional, alineada con los valores y las metas de cada empresa.
En un entorno empresarial cada vez más dinámico, donde la competitividad depende en gran medida de la capacidad de adaptarse, contar con herramientas que aporten simplicidad, visibilidad y control es una ventaja clara. Las soluciones de movilidad, bien implementadas, pueden convertirse en un factor diferencial tanto para la productividad como para el bienestar de los equipos.
La evolución de la movilidad empresarial no es una promesa a futuro: ya está ocurriendo. Y las empresas que elijan avanzar en esta dirección, con una mirada estratégica y centrada en las personas, estarán mejor preparadas para enfrentar los desafíos que vienen.