
La inversión de los recursos que nutren el Fondo de Reserva, la conocida hucha de las pensiones, obtuvo la segunda rentabilidad más baja del conjunto de países de la OCDE, solo superando a Polonia. En concreto, los 5.672 millones que ahora nutren el fondo presentaron un retorno negativo del 4,1% a 5 años y del -1,1% a 10 años. La razón de este pobre desempeño reside en que la normativa obligaba a que toda la inversión se concentre en deuda española. Una restricción que, por fortuna, terminó en febrero al aprobar el Gobierno un Real Decreto que permite diversificar la cartera, dando la opción incluso de apostar por la renta variable. Un cambio positivo que unido a una gestión profesional debería servir para elevar el pobre retorno de esta hucha.