
Hasta hace poco, en muchas pymes y startups, el CFO o director financiero (si es que existía como tal) era ese perfil multitarea que gestionaba los pagos, cerraba el mes y se peleaba con la contabilidad, pero todo esto ya no es suficiente. En la actualidad, incluso en las empresas más pequeñas, el rol financiero está cambiando a toda velocidad. La digitalización no está limitada a las grandes corporaciones, sino que las empresas pequeñas también deben ponerse las pilas… o quedarse fuera del juego.
Automatizar procesos, implantar facturación electrónica o integrar herramientas de análisis de datos ya no es un lujo sino una necesidad. La buena noticia es que ahora existen soluciones accesibles, escalables y adaptadas al tamaño de cada organización. Y ahí, el CFO —o quien ejerza ese rol— debe convertirse en el motor del cambio.
No hablamos solo de ahorrar tiempo o reducir errores, sino también de mejorar la toma de decisiones, anticiparse a los problemas de tesorería, detectar desviaciones en tiempo real y adaptar el negocio con rapidez. En un entorno incierto y competitivo, reaccionar tarde puede salir muy caro.
Ley Crea y Crece
Además, llegan cambios normativos que nos afectan a todos. La Ley Crea y Crece exigirá facturación electrónica entre empresas, mientras que la Ley Antifraude obligará a registrar toda transacción de forma inalterable. Aunque suene complejo, anticiparse es clave. Adaptar el software contable, revisar los procesos internos y elegir herramientas compatibles evitará sanciones y muchos dolores de cabeza.
Las startups y pymes que adopten estas herramientas no solo ganarán en cumplimiento, también podrán competir mejor, ya que cuando los datos se ordenan, se interpretan y se usan bien, se convierten en una ventaja real. Ya no se trata de mirar el pasado con informes estáticos, sino de entender qué está pasando ahora y decidir rápido y bien.
Crecimiento
Y en cuanto al crecimiento: no hay escalabilidad sin control. Da igual que vendas más si no sabes a dónde se va tu dinero. Por eso, un buen sistema de gestión financiera, aunque sea sencillo, debe ayudarte a mantener el control sin frenar el ritmo. Centralizar procesos, automatizar tareas repetitivas y tener visibilidad global es tan necesario en una pyme como en una multinacional.
En resumen, el CFO de una pyme o startup ya no puede limitarse a "llevar las cuentas". Tiene que ser un estratega, un optimizador de recursos y, sobre todo, un impulsor de la transformación digital. Porque en este nuevo escenario, no es el tamaño lo que marca la diferencia sino la agilidad.