Opinión

Bienestar y salud mental: una responsabilidad de todas las empresas

  • Las organizaciones que queremos asumir este papel debemos establecer iniciativas que permitan conciliar 
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En los últimos años, la salud mental ha ganado una creciente atención en nuestra sociedad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas en el mundo se verá afectada por trastornos mentales en algún momento de su vida. Estos números reflejan la importancia de abordar el bienestar mental de una manera integral y efectiva.

Las empresas tenemos la oportunidad de jugar un rol determinante en esta tarea, teniendo en cuenta el tiempo que dedican nuestros equipos a trabajar y la capacidad que tenemos de poder impactar en un gran número de personas.

Las organizaciones que queremos asumir este papel debemos establecer políticas e iniciativas que permitan a los equipos conciliar la vida laboral y personal, y que aseguren un entorno de trabajo en el que se sientan escuchados, basado en la libertad para expresar opiniones y puntos de vista, y en el respeto a la igualdad de trato y de oportunidades, que impactan directamente en la percepción de la experiencia de los empleados.

Cabe mencionar que el contar con certificaciones relacionadas con la conciliación en las empresas y el bienestar, como por ejemplo el sello efr (Empresa Familiarmente Responsable) de la Fundación Másfamilia, ratifica el compromiso de las empresas en estas materias. Además de reconocer los esfuerzos, ayudan a establecer planes claros con acciones específicas e impacto real en las personas.

Muchas empresas hemos asumido esta responsabilidad con absoluto convencimiento, de modo que los criterios de bienestar y las políticas de diversidad e igualdad impactan todos los momentos del modelo de relación del empleado con la compañía. Y es que se puede trabajar en el bienestar de las personas desde su incorporación, pasando por su día a día, en su evaluación de objetivos, en su relación con su responsable… Cada momento es una oportunidad para cuidarlo.

La flexibilidad laboral, en su más amplio sentido, es una de las medidas más valoradas. Opciones como el teletrabajo, horarios flexibles y permisos remunerados adicionales contribuyen a gestionar mejor la conciliación y a reducir el estrés. Favorecer el desarrollo de las personas invirtiendo en formación mejora sus habilidades y aumenta su motivación y su satisfacción. Cursos, talleres y programas de mentoría o coaching son una excelente manera de apoyar el crecimiento personal y profesional de los equipos.

Nadie duda ya del impacto de la actividad física y la alimentación en el bienestar integral de las personas. Algunas empresas ofrecen membresías de gimnasio, equipamiento deportivo en las instalaciones o descuentos en artículos de deporte, para promover la actividad física entre sus equipos. En Solunion, por ejemplo, fomentamos hábitos saludables poniendo a disposición de nuestras personas un nutricionista y el asesoramiento experto de un triatleta profesional. Además de otros beneficios, hemos observado que las actividades físicas en grupo también redundan en una mejora del ambiente de trabajo, con la creación de lazos afectivos entre personas de diferentes equipos.

Además, el impulso de modelos de gestión basados en fortalezas y liderazgo positivo, fomentan el crecimiento y la confianza. Directores y responsables deben promover un ambiente de confianza y respeto, donde los errores se consideren oportunidades de mejora y aprendizaje y el éxito se celebre de forma colectiva.

El entorno físico también juega su papel. Crear sitios de trabajo saludables implica garantizar espacios cómodos y seguros. Esto incluye una buena iluminación, ergonomía en el mobiliario y áreas de descanso.

Existen otras medidas de prevención y de mitigación, también fundamentales, como los programas de apoyo psicológico para atender las necesidades emocionales de los empleados. Ofrecer consultas y descuentos con profesionales de la salud mental, tanto de manera presencial como virtual, puede suponer un impacto positivo en la vida de todos en determinadas situaciones.

Cada empresa podrá actuar en función de sus capacidades, pero debemos tener en cuenta que, de nuestro éxito en la adopción de estas buenas prácticas, depende el futuro de nuestras personas y también de nuestras empresas, porque cuidando a nuestros equipos estamos construyendo una comunidad más fuerte y resiliente, capaz de enfrentar con confianza los desafíos del mañana.

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