Opinión

El trabajo flexible sigue evolucionando tras cinco años desde la irrupción del Covid

  • En los años 70, cuando comencé a trabajar, utilizábamos máquinas de escribir, teléfonos fijos y archivadores. En los 80, el fax llegó y se fue
  • Gracias a los avances tecnológicos, el trabajo ya no está ligado a un lugar físico
Equipo de trabajo teniendo una reunión por videoconferencia
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La humanidad ha afrontado innumerables crisis, muchas de las cuales han provocado cambios profundos e inesperados. Como dijo el economista Milton Friedman: "Solo una crisis real o percibida produce un verdadero cambio". En 2020, el mundo fue golpeado por una crisis que cambiaría muchas cosas para siempre. Las oficinas se vaciaron. Los coches, que antes se quedaban atrapados en atascos diarios, pasaron a estar aparcados en los garajes. Los trenes y autobuses circulaban casi vacíos, cuando no se cancelaban. Los aviones se quedaban en tierra. A medida que la contaminación desaparecía en las grandes capitales, la gente volvió a ver paisajes que habían estado ocultos durante décadas.

Al mismo tiempo, millones de reuniones se celebraban de manera virtual a través de plataformas como Zoom y Teams, que fueron clave para mantener la actividad empresarial. Para muchas personas en todo el mundo, el trabajo nunca volvería a ser el mismo. Incluso antes del Covid, la velocidad en la que estaba cambiando el entorno laboral durante los últimos 50 años había sido extraordinaria. En los años 70, cuando comencé a trabajar, utilizábamos máquinas de escribir, teléfonos fijos y archivadores. En los 80, el fax llegó y se fue. Luego, algunos afortunados tuvieron acceso a un teléfono móvil, a menudo tan grande y pesado que necesitaba un asa incorporada para transportarlo.

Con la llegada de Internet y los avances tecnológicos, el correo electrónico, las redes sociales, el almacenamiento en la nube y herramientas de colaboración como SharePoint se convirtieron en parte del día a día en el trabajo. La tecnología de escritorio dio paso al trabajo móvil. Los nativos digitales se convirtieron en mayoría, y empezó a crecer el número de nómadas digitales. Surgieron aplicaciones para todo. El trabajo flexible y el equilibrio entre la vida laboral y personal se convirtieron en temas clave. Pero la pandemia de Covid-19 aceleró estos cambios de forma drástica, concentrando en unos pocos años la evolución de cinco décadas, generando una revolución tanto para las empresas como para sus empleados.

La oficina se ha convertido en un entorno digital

Gracias a los avances tecnológicos, el trabajo ya no está ligado a un lugar físico. Ahora, la oficina es digital. La información, los recursos y la conectividad que millones de personas necesitan están disponibles en cualquier dispositivo portátil, y una simple aplicación permite encontrar un espacio de trabajo por horas, días o semanas. Este cambio ha transformado radicalmente la forma y el lugar en el que trabajamos. Las sedes corporativas ya no tienen el monopolio del trabajo. Ahora, las empresas priorizan la productividad y el bienestar de sus empleados, permitiéndoles elegir el lugar donde mejor rinden.

Como resultado, el trabajo híbrido y flexible se ha convertido en la norma para un gran porcentaje de empleados de oficina, ofreciendo libertad para trabajar desde distintas ubicaciones. La investigación del profesor Nicholas Bloom de Stanford ha demostrado que el modelo híbrido es muy rentable para las empresas. Sus estudios indican que este modelo no afecta negativamente la productividad y, además, reduce la rotación de empleados. No es casualidad que aproximadamente el 80% de las empresas Fortune 500 hayan adoptado el trabajo híbrido para directivos y profesionales.

La oficina no ha desaparecido

En los últimos meses, el debate sobre el regreso a la oficina (RTO, por sus siglas en inglés) ha sido tendencia en los titulares y empresas de todos los tamaños están aplicando políticas en esta dirección. Sin embargo, estas discusiones a menudo simplifican en exceso la realidad. El trabajo ya no es una elección entre la oficina en el centro de la ciudad y el hogar. Existe una tercera opción: trabajar desde un espacio de coworking cercano, rodeado de profesionales con intereses similares. De hecho, la mayoría de los empleados de oficina combinan estas tres alternativas, lo que ha impulsado el crecimiento de IWG. Nuestros centros en comunidades locales y zonas residenciales experimentan el mayor aumento de demanda, aunque las oficinas en el centro de las ciudades también siguen prosperando.

Beneficios para la economía y el planeta

Una de las mayores ventajas del trabajo híbrido es la reducción de costes, tanto para las empresas como para los empleados. Un estudio de Global Workplace Analytics revela que, al reducir la necesidad de grandes oficinas, las empresas pueden ahorrar en promedio 11.000 dólares por empleado al año. Para los trabajadores, el ahorro también es significativo. Un estudio de IWG y Development Economics muestra que reducir los desplazamientos al centro de la ciudad a solo un día por semana podría representar hasta 30.000 dólares de ahorro anual.

El impacto ambiental también es considerable. Una investigación de IWG junto a la consultora Arup demuestra que el modelo híbrido con espacios de trabajo cercanos al hogar genera una reducción de emisiones de carbono mayor que cualquier otro modelo de organización laboral. En ciudades como Atlanta y Glasgow, estas reducciones pueden alcanzar el 90% y 80% respectivamente.

El futuro del trabajo

Hace casi 20 años, anticipé el crecimiento del trabajo híbrido, aunque no podía prever qué lo impulsaría. Hoy, las empresas están aprendiendo a gestionar equipos distribuidos con nuevas tecnologías y métodos de trabajo, mejorando la felicidad y el equilibrio laboral de sus empleados. La oficina seguirá desempeñando un papel fundamental en la vida corporativa. Las sedes centrales se han convertido en centros de creatividad y conexión, mientras que cada vez más empresas permiten que sus empleados sean productivos en espacios de trabajo cercanos a sus hogares. Estos cambios han impulsado el mayor crecimiento en los 35 años de historia de IWG. La realidad es que la oficina no ha desaparecido, simplemente se ha trasladado a donde más conviene.

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