
La carga fiscal en España ha ido incrementándose desde la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa. En concreto y utilizando datos oficiales de Eurostat, la presión impositiva se ha elevado en 1,9 puntos sobre el PIB entre 2019 y 2023. Un impulso que contrasta con la caída del 0,9% que muestra la eurozona y que ha castigado en gran medida a la clase media.
Así lo desvela el Instituto Juan de Mariana en un estudio, donde indica que la carga fiscal que sufre un trabajador que percibe un salario medio de 30.237 euros brutos anuales, alcanza el 47,8%. Un porcentaje que supone un incremento de casi cuatro puntos con respecto al ejercicio fiscal de 2023, y que demuestra la asfixiante presión fiscal que la mayoría de los españoles sufren, pese a que el Gobierno trate de vender siempre lo contrario. Esta voracidad impositiva se aprecia con especial intensidad en los tributos relacionados con el trabajo, el IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social, tanto las que aporta el empleado como las empresas.
No en vano, esta carga supera en cinco puntos la media de la OCDE, lo que frena la creación de empleo. Pero el estudio del think tank también ha tenido en cuenta otros impuestos, como el IVA y las tasas municipales, que añaden una factura media de 705 euros al año por contribuyente. Se trata en definitiva de una presión tributaria desmedida, que permite al Gobierno batir todos los años récords de recaudación. Unos ingresos fiscales que el pasado año alcanzaron los 294.734 millones, un 8,4% más que en 2023, con los que el Ejecutivo puede seguir impulsando el gasto público a costa de la clase media. Un colectivo al que se le resta buena parte de sus recursos, lo que supone una mala noticia para el consumo y la actividad económica.