
El Observatorio Demográfico del CEU-CEFAS publicará en breve una monografía sobre la población vasca titulada Demografía vasca: de Euskal Erria a Euskal Erial. En efecto, los últimos 48 años han resultado pésimos para la demografía vasca. Se produjo un desplome en vertical de la fecundidad, el más acusado de España en los 25 años siguientes a la muerte de Francisco Franco. A ello se unió la marcha de muchísima gente, principalmente en los llamados "años de plomo".
El primer gran motor demográfico vasco fue Vizcaya, en la segunda mitad del siglo XIX; Guipúzcoa creció de forma comparable a Vizcaya sólo a partir de 1900. Álava creció muy lentamente hasta 1940, por emigración a Vizcaya y a Guipúzcoa, pero durante el franquismo su población se duplicó con holgura, como en Vizcaya. Con la democracia, por la capitalidad autonómica en Vitoria, y tal vez por un menor predominio político del nacionalismo vasco en esa provincia, Álava ha sido la clarísima ganadora demográfica en la Comunidad Autónoma Vasca en el último medio siglo. En contraste, Vizcaya ha sido la peor parada, incluso peor que Guipúzcoa.
El peso de la región en la población total de España ha bajado del 5,6% en 1976 al 4,6% actual. Como consecuencia del intenso envejecimiento de la población vasca producido por la combinación del desplome de la fecundidad y el éxodo vasco, la población del País Vasco ha envejecido muchísimo en el último medio siglo. El peso del PIB vasco en el conjunto de España ha caído desde el 7,8% en 1975 a un 5,9% en 2023, una merma del 25% en 48 años. Y ello pese al privilegio fiscal de que goza el País Vasco.
La fecundidad vasca se hundió más que la total española en los mencionados "años de plomo". En los últimos años, la fecundidad de las vascas es ligeramente inferior a la del resto de las españolas (en 2023, 1,08 hijos por mujer española en el País Vasco, y 1,09 en toda España), y la fecundidad total de la comunidad es igual o un poco más alta que la media española (1,15 vs 1,12 en 2023), por tener una mayor presencia de población musulmana, cuyo número de hijos por mujer es superior al de la población española y a al de los inmigrantes no musulmanes (casi todos los cuales tienen una fecundidad media incluso un poco inferior a la de las mujeres españolas).
La emigración ha ido en la misma dirección. Comparando la población nacida en España que vivía a 1 de enero de 2022 en el País Vasco con la de 45 años antes el resultado es que se han marchado de las tierras vascas, en números netos, unas 180.000 personas nativas entre comienzos de 1977 y de 2022. Eso sería la suma del éxodo vasco por razones políticas, más los que se han ido por razones económicas o de otro tipo. Esa merma de alrededor de 180.000 personas era el 9% de la población vasca de 1977. El terror que ETA consiguió imponer condujo al desastre, y no sólo demográfico. Pero lo más incomprensible es que miles de vascos sigan votando a esos asesinos de pistola al cinto.